¿Por qué la lectura se está convirtiendo en una forma popular de terapia?
Este fenómeno no es simplemente una moda pasajera. Emely Rumble, trabajadora social licenciada, está prescribiendo libros a sus pacientes durante más de 15 años, y está destacando los beneficios terapéuticos de la lectura, un concepto conocido como biblioterapia.
¿Qué es la biblioterapia y cómo funciona?
La biblioterapia, según Rumble (como se cita en García, 2025), es el uso de la lectura como una herramienta terapéutica efectiva para el bienestar. No se trata solo de leer por placer, sino de interactuar con el texto de una manera que promueva la reflexión personal y el crecimiento emocional.
Algunos de los beneficios clave de la biblioterapia incluyen:
El poder de las emociones en la lectura
Una de las facetas más interesantes de la biblioterapia es la capacidad de la lectura para desencadenar emociones profundas. Según García (2025), Rumble explica que cuando los lectores experimentan tristeza, enojo o cualquier otra emoción mientras leen, pueden encontrar información importante sobre sí mismos. Este proceso invita a la introspección, permitiendo a los lectores analizar sus emociones y descubrir aspectos desconocidos de su personalidad o creencias.
Más allá del disfrute personal: La lectura como herramienta terapéutica
El uso de la lectura como terapia se extiende más allá del mero disfrute personal. En algunos casos, los terapeutas recomiendan libros específicos a sus pacientes para ayudarles a abordar temas difíciles sin la presión de una conversación directa. Leer sobre personajes ficticios que enfrentan desafíos similares puede facilitar que las personas se enfrenten a sus propios traumas o recuerdos dolorosos, permitiéndoles hablar de ellos desde una perspectiva más segura (García, 2025).
¿Estamos leyendo menos?
A pesar de los múltiples beneficios de la lectura, los estudios sugieren que las personas están leyendo menos que antes. Una encuesta de Gallup de 2022 reveló que el promedio de libros leídos por año ha disminuido, alcanzando el nivel más bajo desde 1990. Esta tendencia también se observa en el ámbito académico, donde los estudiantes leen menos que hace una década.
Sin embargo, Rumble (como se cita en García, 2025) enfatiza que lo importante no es la cantidad de libros que leemos, sino el disfrute y la reflexión que obtenemos de la lectura. Establecer metas de lectura rígidas puede restarle alegría y beneficios a la actividad, que debe disfrutarse sin presiones y a nuestro propio ritmo.