Los usuarios de la línea Roca viven un calvario desde hace días debido a las obras en el viaducto de Barracas. Los tiempos de viaje se han incrementado notablemente, hay demoras constantes y el hacinamiento en los vagones es insoportable.

Desde el pasado 6 de mayo, los ramales de la línea Roca funcionan con horarios reducidos debido a las obras en el viaducto. Los trenes tardan entre media y una hora más en completar sus recorridos, y las demoras son frecuentes.

Además, la reducción de frecuencias ha provocado un aumento significativo de las aglomeraciones en los vagones. Los pasajeros se amontonan en los pasillos y hasta en los techos, soportando temperaturas extremas y la falta de ventilación.

El malestar entre los usuarios es palpable. Muchos de ellos llegan tarde a sus trabajos o compromisos, y algunos incluso han perdido el presentismo por las demoras. Hay quienes optan por tomar colectivos, pero estos también van repletos y el costo del pasaje es mayor.

Los comerciantes ambulantes también están sufriendo las consecuencias de las obras. No pueden moverse libremente por los vagones debido a las aglomeraciones, y sus ventas han disminuido considerablemente.

Las obras en el viaducto de Barracas son necesarias para garantizar la seguridad de los pasajeros. El puente, construido en la década de 1920, presentaba grietas y necesitaba reparaciones urgentes.

Según Trenes Argentinos, la operadora del servicio, los trabajos están en su etapa final y se espera que el servicio se restablezca completamente en las próximas semanas.

Mientras tanto, los usuarios de la línea Roca deben armarse de paciencia y resignación. El caos y las demoras continuarán hasta que finalicen las obras.