¿ Estamos en medio de un evento de extinción masiva sin precedentes?
La alarmante noticia llega de la mano de los ecólogos mexicanos Gerardo Ceballos y Rodolfo Dirzo, ganadores del Premio Fronteras de Ecología y Biología de la Conservación. Sus investigaciones revelan que la tasa de extinción de especies en la actualidad es alarmantemente alta, hasta 1000 veces mayor que en los últimos dos millones de años.
Esta sexta gran extinción, comparable a la desaparición de los dinosaurios, es un desafío tan grave como el cambio climático, y la huella del ser humano está presente una vez más.
Causas de la aniquilación de la naturaleza
Ceballos y Dirzo señalan factores como la destrucción de los ecosistemas y el tráfico de especies como los principales impulsores de esta crisis. Destacan cifras alarmantes, como las 70 toneladas de escamas de pangolín decomisadas anualmente, lo que demuestra la implacable explotación de la vida silvestre.
Ante esta "aniquilación de la naturaleza", como la llaman los investigadores, se hace evidente la necesidad de conservar las especies no solo por su valor intrínseco sino también por su importancia para el bienestar humano.
Servicios ambientales y la salud humana
Los científicos enfatizan el papel crucial que desempeñan las especies en el mantenimiento de los servicios ambientales esenciales, como la polinización, la regulación climática y la provisión de fuentes de alimentos y medicinas.
Pero la pérdida de biodiversidad tiene graves consecuencias para la salud humana. El tráfico ilegal de animales y la invasión de hábitats salvajes aumentan el contacto entre humanos y animales portadores de patógenos zoonóticos, como el SARS-CoV-2 que causó la pandemia de COVID-19.
¿Estamos ignorando la gravedad del problema?
A pesar de las repetidas advertencias, la sociedad sigue actuando con indiferencia hacia esta crisis. El ejemplo de la gripe aviar, que está causando una mortalidad devastadora entre las especies, es un claro recordatorio de la urgencia de tomar medidas.
Llamado a la acción
Ceballos y Dirzo hacen un llamado urgente para concienciar sobre la gravedad de la situación. Instan a reconsiderar nuestras prácticas y a adoptar medidas para proteger la biodiversidad, como la regulación del comercio de vida silvestre y la conservación de los hábitats.
La sexta gran extinción es una realidad que amenaza la salud del planeta y nuestro propio bienestar. Es hora de actuar antes de que sea demasiado tarde.