La vendedora de camarones: el retrato que capturó la esencia de una época

La figura de esta joven sonriente, con una cesta de camarones sobre la cabeza, refleja la vitalidad y espontaneidad de su oficio. El estilo de la pintura rompe con los estándares de la época. Los retratos femeninos del siglo XVIII rara vez mostraban a las mujeres sonriendo, y mucho menos con tanta naturalidad que sus dientes fueran visibles. Sin embargo, Hogarth capturó este momento con pinceladas rápidas y ásperas, sin mezclar, en una técnica que resulta “descuidada” para los cánones de la época.

Un estilo crudo y auténtico

El artista trabajó con menos capas de pintura y una aplicación casi impulsiva, como si fregara el lienzo. Este estilo da al retrato una frescura y autenticidad que es difícil de encontrar en retratos más elaborados y formales de la misma época.

Con su enfoque crudo y auténtico, Hogarth inmortalizó a esta joven vendedora en un momento de alegría y sencillez, dejando un testimonio de la vida cotidiana de Londres que aún resuena en nuestros días.