Las abuelas del mar: un trabajo a punto de desaparecer
Las abuelas del mar son un grupo de mujeres coreanas de avanzada edad que se dedican a la pesca submarina en las costas de la isla de Jeju. Este trabajo, que realizan sin oxígeno y a profundidades de hasta 10 metros, es una tradición que se remonta al siglo V. Sin embargo, debido a su dureza y a la falta de beneficios laborales, cada vez son menos las mujeres que se dedican a esta actividad.
Un trabajo duro y peligroso
La pesca submarina es un trabajo duro y peligroso. Las mujeres descienden a las profundidades sin oxígeno y se enfrentan a las corrientes y a los peligrosos animales marinos. Además, el trabajo no está reconocido como tal, por lo que las mujeres no tienen derecho a seguro ni a prestaciones laborales. Esto hace que muchas de ellas, cuando enferman o se lesionan, se queden sin ingresos.
Una tradición que se pierde
En los años sesenta, había más de 30.000 mujeres dedicadas a la pesca submarina en Corea. Sin embargo, hoy en día sólo quedan unas 4.000. La mayoría de las mujeres que se dedican a esta actividad son mayores de 60 años, y no hay nuevas generaciones que quieran continuar con la tradición. Esto se debe, en parte, a la dureza del trabajo y a la falta de beneficios laborales.
Un patrimonio cultural
La pesca submarina es un patrimonio cultural de Corea. Es una tradición que se ha transmitido de generación en generación, y que forma parte de la identidad de la isla de Jeju. Las abuelas del mar son un ejemplo de resiliencia y determinación, y su trabajo es un testimonio de la importancia de preservar las tradiciones culturales.
Además de su valor cultural, la pesca submarina también juega un papel importante en el ecosistema marino. Las mujeres recolectan mariscos que son esenciales para la alimentación de la población local, y ayudan a mantener el equilibrio del ecosistema.
Un futuro incierto
El futuro de la pesca submarina en Corea es incierto. Cada vez son menos las mujeres que se dedican a esta actividad, y la falta de beneficios laborales hace que sea difícil atraer a nuevas generaciones. Además, el cambio climático y la contaminación están afectando al ecosistema marino, lo que dificulta la pesca.
Sin embargo, las abuelas del mar siguen luchando por preservar su tradición. Son un símbolo de resiliencia y determinación, y su trabajo es un testimonio de la importancia de proteger el patrimonio cultural y el medio ambiente.