Las bebidas energéticas: un riesgo para la salud

El consumo de sustancias legales pero nocivas es motivo de preocupación social. A los clásicos alcohol y tabaco se suman ahora las bebidas energéticas, un consumo aún más inquietante al proliferar entre los más jóvenes. Según la Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES), alrededor del 50% de los estudiantes de entre 14 y 18 años las toma, con una clara tendencia al alza. Los riesgos se multiplican si, además, se mezclan con alcohol.

Las opiniones de los expertos

Las opiniones de los especialistas son claras y contundentes. Las bebidas energéticas no son nada saludables ni recomendables. Así lo explica Eliza Cheng, nutricionista de Loma Linda, una ciudad californiana que es catalogada como una 'zona azul' del planeta en la que la vida de sus habitantes es especialmente larga y saludable. Un hecho que se debe a algunas características en común, como la reducción del estrés, el moverse frecuentemente a lo largo del día, el tener un sentido de propósito claro y el llevar una dieta principalmente de origen vegetal.

Los efectos de las bebidas energéticas

Las bebidas energéticas pueden alterar el sueño y el apetito. Uno de los principales ingredientes en muchas bebidas energéticas es la cafeína. Si bien puede mejorar la alerta y la concentración, "el consumo excesivo de ella puede llevar a efectos adversos como el aumento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial alta y la ansiedad", advierte Cheng. Además, puede alterar los patrones de sueño, lo que puede llevar a fatiga y a una mayor dependencia de estas bebidas.

Otra característica de las bebidas energéticas es que pueden elevar el azúcar en sangre y aumentar la inflamación. Una lata típica de bebida energética a menudo contiene "hasta 30 gramos de azúcar por porción", explica Cheng. Demasiada azúcar puede contribuir a varios problemas de salud, como "el aumento de la inflamación y problemas dentales".

Además de la cafeína y el azúcar, las bebidas energéticas pueden incluir otros estimulantes como el guaraná y la taurina. "Si bien estos ingredientes son generalmente reconocidos como seguros", sus efectos combinados con la cafeína "no están tan bien investigados" y podrían plantear riesgos adicionales para la salud.

Las bebidas energéticas también pueden afectar la salud física y mental. "El consumo frecuente de bebidas energéticas está asociado con un aumento en los síntomas de ansiedad, depresión y estrés", según han demostrado estudios, así como con "un aumento sustancial en la norepinefrina", una hormona del estrés que podría aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

Recomendaciones para evitar las bebidas energéticas

Para tratar de acabar con esta plaga de bebidas energéticas, lo importante es modificar los hábitos tanto en alimentación como en actividad física. Así, Cheng plantea algunas alternativas, tales como el agua, el té verde, las infusiones, el agua de coco y la kombucha.

Pero, sobre todo, si alguien necesita constantemente impulsos de energía, la mejor opción es "considerar hablar sobre el estilo de vida y los patrones de alimentación con un dietista registrado". Eso podría ayudar a "identificar una relación más saludable y sostenible con la comida y el propio cuerpo".