Las precipitaciones primaverales en el Pirineo, que superaron en 80 centímetros los niveles habituales a más de 2.000 metros de altitud, han cubierto las montañas de un blanco inusual. Este aumento de las nevadas ha disparado el caudal de los ríos, multiplicando por 30 las reservas de nieve en el Pirineo catalán, y ha dejado estampas espectaculares en el Pirineo aragonés, donde los ríos Ara y Cinca alcanzan sus máximos de los últimos cinco años.
Cascadas espectaculares en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
El aumento de las precipitaciones ha propiciado que las cascadas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido luzcan con su máximo esplendor, ofreciendo un espectáculo único para los visitantes. El Arazas, con sus numerosos saltos de agua, es el protagonista de este despliegue natural. Al poco de abandonar Torla, los saltos de Molinieto, Tamborrotera y Abetos conducen a la Pradera, punto de partida para adentrarse en el cañón de Ordesa. Desde aquí, una pista forestal asciende suavemente hasta el circo de Soaso, donde la cascada de Arripas y los saltos de La Cueva y El Estrecho sorprenden por su belleza.
Más adelante, las Gradas de Soaso dan paso a la cascada de la Cola de Caballo, que se abre en forma de abanico al pie del monte Perdido. Sin embargo, la más impresionante es la cascada de Cotatuero, situada a una hora y media de la Pradera, donde el agua se precipita desde 200 metros de altura.
Otros enclaves de interés
El cañón de Añisclo, la garganta de Escuain y el valle de Pineta también ofrecen cascadas de gran belleza. La cascada de Sorrosal, en Broto, es fácilmente accesible y se encuentra en un entorno natural único. El cañón de Añisclo, excavado por el río Bellós, ofrece una ruta de senderismo de 15 kilómetros hasta la cascada y surgencia de la Fuenblanca, mientras que la garganta de Escuain, hábitat del buitre quebrantahuesos, conduce a la Fuente de Escuain, una cascada formada por el río Yaga.
En el valle de Pineta, al pie del monte Perdido, el agua que desciende del glaciar forma un rosario de saltos fácilmente accesibles desde el aparcamiento. Además, desde aquí se puede ascender a los Llanos de La Larri y contemplar el curso del río, e incluso vislumbrar el glaciar del monte Perdido.
Una curiosidad sorprendente
El agua del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido alimenta una de las cascadas más grandes de Europa, la del circo de Gavarnie, en el lado francés de la montaña. El deshielo al pie del pico Cilindro de Marboré se filtra por el interior calcáreo del macizo y reaparece en la vertiente norte, formando un salto de más de 400 metros de altura que da origen al río Gave de Pau.