Las misteriosas botellas de brujas del siglo XVII: desvelando secretos sobrenaturales

En el corazón de la Inglaterra rural del siglo XVII, las supersticiones se entrelazaban profundamente con la vida cotidiana. Un fascinante ejemplo de estas creencias son las denominadas "botellas de brujas" o "witch bottles", artefactos que se creía que poseían el poder de curar maldiciones.

Estas singulares cápsulas, rellenas de elementos simbólicos como clavos, dientes, monedas y cabello, eran enterradas con instrucciones específicas: "mantenerlas ocultas, mantenerlas calientes". A pesar de que el término "bruja" ha llegado a asociarse con estas botellas, la verdadera naturaleza de su propósito es mucho más compleja.

El verdadero propósito de las botellas de brujas

Contrariamente a la percepción popular, las botellas de brujas no eran amuletos protectores ordinarios. Según Ceri Houlbrook, experta en folclore de la Universidad de Hertfordshire, eran objetos apotropaicos diseñados para contrarrestar fuerzas malignas que ya se sospechaban. A diferencia de otros objetos ocultos en los hogares como protección general, las botellas de brujas eran prescritas específicamente para tratar a alguien que ya se creía bajo un maleficio.

La medicina del siglo XVII estaba profundamente influenciada por la creencia en la brujería. Nigel Jeffries, del Museo de Arqueología de Londres (MOLA), explica que los médicos de la época diagnosticaban casos de "hechicería" para explicar síntomas extraños como convulsiones o vómitos inexplicables. Los pacientes nunca sabían que estaban bajo un hechizo, ni quién los había maldecido, lo que contribuía al misterio que rodeaba estas botellas.

El proceso de usar una botella de brujas

El proceso de uso de una botella de brujas era tan elaborado como inquietante. Los curanderos de la época prescribían que se llenara la botella con elementos simbólicos que representaban al paciente y al supuesto brujo. Una vez sellada, se calentaba o enterraba cerca de un hogar. En algunas ocasiones, los intentos desesperados de romper una maldición llevaban a hervir la botella, lo que resultaba en explosiones desordenadas y a veces peligrosas.

Estos rituales no solo reflejaban la creencia en la magia simpática, donde lo que le ocurría a la botella también afectaba al brujo, sino también el miedo palpable que existía en torno a lo inexplicable.

El legado de las botellas de brujas

A pesar de la fascinación moderna por estas botellas, su verdadero propósito sigue siendo objeto de debate. Desde el siglo XIX, el término "bruja" se ha asociado con estas botellas, pero las investigaciones recientes sugieren que estaban más relacionadas con tratamientos médicos que con persecuciones de brujas. Tanto Houlbrook como Jeffries han trabajado para desmitificar estas piezas, argumentando que fueron diseñadas más como remedios que como simples protecciones contra el mal.

En el mundo contemporáneo, el legado de las botellas de brujas persiste. Aunque los materiales han cambiado (hoy en día algunos prefieren usar piedras preciosas en lugar de orina), la fascinación por estos objetos continúa, con una reinterpretación moderna en plataformas como TikTok y YouTube.

"Para mí, descubrir esta botella fue como tener una ventana a las preocupaciones de una época pasada. Puedo imaginarme a una madre con un hijo enfermo que no sabía qué más hacer", reflexiona Ellen Crozier, quien descubrió una botella de brujas en 2021.

Aunque no sepamos con certeza cuántas botellas de brujas siguen ocultas bajo los antiguos hogares ingleses, la investigación de estas reliquias continuará revelando secretos sobre las creencias y prácticas de una era pasada.