Hace 38 años, el 13 de noviembre de 1985, ocurrió una de las tragedias más impactantes en la historia de Colombia. El volcán Nevado del Ruiz hizo erupción y provocó la muerte de alrededor de 25 mil personas en Armero, Tolima. Miles de personas resultaron heridas y el flujo de lodo sepultó el municipio. En este lamentable evento, se evidenciaron diversas lecciones que marcaron la vulcanología y la gestión del riesgo de desastres en el país.
El Servicio Geológico Colombiano destaca cinco aprendizajes cruciales que dejó la erupción del volcán Nevado del Ruiz. Aunque no se puede predecir una erupción volcánica, es posible prepararse y salvar vidas. La reacción oportuna de las autoridades y las comunidades ante la erupción del volcán Nevado del Huila en el 2007 demostró que la gestión del riesgo es fundamental para proteger a las personas.
Armero también enseñó sobre la responsabilidad de las administraciones locales en el ordenamiento del territorio para prevenir o reducir el riesgo. En ese entonces, el primer mapa de riesgo del volcán Nevado del Ruiz se socializó, pero no fue tomado en cuenta, al igual que las alertas de los geocientíficos. Actualmente, existe más información geocientífica disponible y es esencial considerarla en la toma de decisiones.
En ese tiempo, Colombia no contaba con un sistema de monitoreo volcánico en tiempo real, lo cual impidió saber que el volcán Nevado del Ruiz estaba en erupción. A raíz de la tragedia de Armero, se implementó un sistema de monitoreo en tiempo real que abarca 25 estructuras volcánicas activas actualmente.
La desinformación fue un factor determinante en la cantidad de muertes ocurridas en Armero. A pesar de la caída de ceniza, no se difundió de manera clara el riesgo al que estaban expuestos los habitantes y los científicos no tuvieron acceso a canales masivos para alertar sobre la situación. Desde entonces, se ha trabajado en fortalecer los sistemas de monitoreo y difundir información permanente sobre la amenaza volcánica.