Las personas mayores se reincorporan a la universidad

Con el envejecimiento de la sociedad, cada vez son más las personas mayores que deciden volver a la universidad para seguir aprendiendo y creciendo. En España, la mayoría de las universidades ofrecen programas académicos dirigidos a la población mayor de 55 años, además del tradicional acceso para mayores de 25.

Estos programas suelen ser de formación no reglada, pero tienen una importancia creciente. Responden a las necesidades e intereses de los mayores y contribuyen a recuperar toda una experiencia vital que puede revertirse en beneficio de la sociedad.

La formación para adultos va más allá de la universidad

Actualización y reciclaje profesional

La formación para adultos no se limita únicamente al ámbito universitario. También hay cursos y programas específicos para mayores en escuelas de educación para adultos y centros de formación profesional. Estos cursos pueden ayudar a los mayores a actualizarse y reciclarse profesionalmente, mejorando así sus perspectivas de empleabilidad.

Formación básica y acceso a títulos

Otros mayores deciden aprovechar su tiempo libre para obtener un título de la ESO o de Bachillerato que no pudieron obtener en su día. Para ello, pueden recurrir a las escuelas de educación para adultos o a los programas de educación a distancia.

Formación para el crecimiento personal

Finalmente, hay mayores que deciden volver a la universidad simplemente para seguir creciendo a nivel personal. Estos mayores suelen matricularse en cursos de humanidades, ciencias sociales o artes, con el objetivo de ampliar sus conocimientos y desarrollar nuevas habilidades.

Beneficios de la formación para mayores

La formación para mayores tiene numerosos beneficios, tanto a nivel personal como social. A nivel personal, puede proporcionar una gran satisfacción interna, activación mental, felicidad y seguridad en uno mismo. También puede ayudar a los mayores a mantenerse activos y conectados con la sociedad.

A nivel social, la formación para mayores puede contribuir a la cohesión e inclusión social. Los mayores que participan en programas de formación tienen más oportunidades de interactuar con otras personas, aprender cosas nuevas y sentirse útiles.

El perfil del estudiante universitario mayor de 55 años

El perfil del estudiante universitario mayor de 55 años es muy heterogéneo. Sin embargo, hay algunas características comunes. La mayoría de los estudiantes universitarios mayores de 55 años son mujeres, tienen entre 60 y 69 años y tienen formación previa.

Los mayores que se jubilan hoy en día no son como los que se jubilaban hace 20 o 30 años. Son más activos, tienen más ganas de aprender y demandan contenidos formativos de alta calidad.

La universidad, un espacio intergeneracional

La universidad ha dejado de ser un lugar de instrucción solo para jóvenes. Se ha convertido en un espacio intergeneracional donde personas de todas las edades pueden aprender y crecer juntas. Esta convivencia intergeneracional es muy enriquecedora para todos los implicados.

Dificultades y retos

A pesar de los beneficios de la formación para mayores, también hay algunas dificultades y retos. Una de las principales dificultades es la falta de conciencia sobre la importancia de la formación para mayores. Todavía hay muchas personas que piensan que los mayores no pueden o no deben estudiar.

Otro reto es la falta de recursos. Muchos programas de formación para mayores tienen financiación limitada, lo que dificulta su acceso a las personas con menos recursos económicos.

A pesar de estas dificultades, la formación para mayores es una tendencia que va en aumento. Cada vez son más las personas mayores que deciden volver a la universidad o participar en otros programas de formación. Esta tendencia es positiva, ya que contribuye a una sociedad más inclusiva y justa.