Los pisos turísticos en Barcelona siguen generando malestar entre los vecinos de la ciudad. En los barrios más turísticos, como el Eixample o la Barceloneta, los residentes denuncian que la presencia de estos apartamentos provoca ruido, suciedad y, en algunos casos, incluso devaluaciones de sus viviendas.
Las denuncias de los vecinos
Alba S. y Esther R., vecinas del Eixample, llevan años sufriendo las molestias de un piso turístico situado encima de sus viviendas. "El check in es hasta las dos de la madrugada, con mucho ruido de maletas", explica Alba. "Otro día, el olor a marihuana bajaba por la campana extractora" añade Esther.
Los vecinos afirman que han llamado en numerosas ocasiones a la Guardia Urbana y al Ayuntamiento, pero que las medidas tomadas hasta ahora han sido insuficientes. "Nos acosan, a veces llamamos y no hay nadie en el piso, vamos a las reuniones de la comunidad y en una ocasión que hubo problemas, hicimos reparaciones y expulsamos a los clientes. Nosotros no nos desentendemos", asegura Mauricio Peña, gerente de la empresa gestora del piso.
Alba, por su parte, asegura que los medidores de ruido instalados por la empresa están mal colocados y que "nunca sabes si vas a dormir tranquila por la noche".
El impacto en el precio de la vivienda
Además de las molestias, los vecinos también denuncian que la presencia de pisos turísticos está provocando una devaluación de sus viviendas. "Mi piso ha perdido un 25% de su valor desde que abrió el piso turístico de arriba", afirma Alba.
El Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) confirma que los pisos que conviven con apartamentos turísticos "sí perjudican y devalúan" el resto de viviendas. "En muchas transmisiones, los compradores piden las últimas actas de la comunidad para informarse de si hay problemas con algún piso", explica Carles Sala, portavoz del API.
Emiliano Bermúdez, socio y subdirector general de Don Piso, coincide con el API. "El piso turístico es un factor deflacionista del precio de la vivienda", afirma. "Cuando en un edificio hay uno y un vecino quiere vender el suyo, no ayuda, porque en algunos casos son fuente de problemas: trasiego de gente, llaves de la puerta principal que circulan de mano en mano, mal uso de instalaciones comunitarias..."
Las medidas del Ayuntamiento
El Ayuntamiento de Barcelona es consciente del problema y está tomando medidas para reducir el número de pisos turísticos en la ciudad. En 2016, el consistorio aprobó una normativa que limitaba la concesión de nuevas licencias para pisos turísticos. Además, desde 2023, el Ayuntamiento está multando a los pisos turísticos que no cumplan con la normativa, como no disponer de un teléfono de atención 24 horas o no tener cédula de habitabilidad en vigor.
Jordi Valls, teniente de alcalde responsable de turismo, ha anunciado que el gobierno municipal está trabajando en una reducción sustancial de los apartamentos turísticos, principalmente en los barrios más densos como Ciutat Vella y el Eixample.