Trabajar largas jornadas, un riesgo para la salud

Trabajar largas jornadas se ha convertido en una exigencia casi inevitable en la sociedad moderna. Sin embargo, cada hora extra que pasamos en la oficina puede estar pasando factura a nuestra salud.

Diversos estudios han vinculado el exceso de trabajo con problemas como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, dolores lumbares y altos niveles de estrés. En 2021, un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) concluyó que trabajar más de 55 horas a la semana estaba relacionado con 745.000 muertes en 2016 debido a enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

Estrés crónico y otros riesgos

Según Alexis Descatha, investigador del Hospital y Universidad de Angers-Inserm, el exceso de trabajo es la primera enfermedad ocupacional a nivel mundial. Este tipo de estrés crónico mantiene al cuerpo en un estado constante de "lucha o huida", lo que aumenta los niveles de cortisol, altera el sistema inmunológico y afecta la presión arterial.

Además, el tiempo dedicado al trabajo reduce las oportunidades para actividades saludables, como dormir bien, hacer ejercicio o compartir tiempo con la familia, lo que agrava los riesgos.

Jornada laboral tradicional también puede ser perjudicial

Incluso la jornada laboral tradicional de 40 horas puede no ser tan saludable como se pensaba. Según Grace Sembajwe, investigadora de la Universidad de Indiana, las personas que trabajan más de 40 horas a la semana también presentan efectos negativos acumulativos en su salud. Países como Islandia y Dinamarca han adoptado semanas laborales más cortas y vacaciones prolongadas, lo que ha mejorado la calidad de vida y reducido el estrés en sus ciudadanos.

Riesgos para trabajadores de oficina y manuales

Los trabajadores de oficina, que pasan entre ocho y diez horas diarias sentados, tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades como diabetes tipo 2 y presión arterial alta. Aidan Buffey, investigador de la Universidad de Limerick, señala que el tiempo sedentario prolongado, especialmente más de 11 horas al día, aumenta significativamente estos riesgos.

Por otro lado, las personas que realizan trabajos manuales enfrentan lo que se conoce como la "paradoja de la actividad física". Aunque la actividad física en el tiempo libre protege contra enfermedades cardiovasculares, la actividad física intensa y no regulada en el trabajo puede aumentar ese riesgo debido al estrés crónico y la falta de recuperación adecuada.

El entorno laboral también influye

El entorno laboral también juega un papel crucial en la salud de los empleados. Aquellos que tienen más control sobre sus horarios y responsabilidades reportan menores niveles de estrés, lo que se traduce en mejores resultados de salud.

Según Pearl McElfish, investigadora de la Universidad de Arkansas, la flexibilidad en el trabajo está relacionada con menores tasas de ansiedad y depresión, independientemente del número de horas trabajadas.

Adoptar semanas laborales más cortas, fomentar la flexibilidad y priorizar la salud física y mental son pasos esenciales para vivir mejor. Al final, trabajar para vivir, en lugar de vivir para trabajar, podría ser la clave para un futuro más saludable y equilibrado.