Malestar en las bases de Catalunya en Comú: "Si la dirección se votara, habría voto de castigo"

Las votaciones suelen saldarse con mayorías aplastantes en Catalunya en Comú, pero el malestar ha estallado este domingo en la clausura de su cuarta asamblea al someterse a escrutinio el informe de gestión de la dirección saliente, la tricefalia formada por Ada Colau, Jessica Albiach y Candela López. El sí no ha llegado ni a la mitad del voto (46%, 216 votos), mientras el no ha alcanzado el 36% (169) y las abstenciones, el 17% (80). Un malestar que, más allá de manos alzadas y papeletas, se ha expresado en las intervenciones sobre las resoluciones de la ponencia política a propósito de la falta de debate y democracia interna, el escaso valor que se da al territorio o el peso de Barcelona en Comú y su dirección en el espacio.

Buena parte de las enmiendas que han llegado vivas a la segunda jornada del congreso se centraban en la organización interna de un partido donde convive el que fundaron Colau y un núcleo de activistas y la antigua ICV, encarnada en parte en Esquerra Verda. La ponencia política, que marca las líneas de actuación, ha contado con un 79% de apoyo y los cambios estatutarios, un 75%.

Las críticas han apelado también al hecho de que la nueva dirección, formada por Candela López y Gemma Tarafa, no se someterá a votación. La explicación oficial es que no se vota porque hay una sola candidatura. Llegan también cuando los comunes han perdido diputados en Madrid y en el Parlament, así como concejales en toda Cataluña (aunque siguen siendo claves en la gobernabilidad de las tres administraciones), y en un momento de debilidad también de la órbita de Sumar, ausente en los debates e intervenciones del encuentro.

Han sido tres de las expresiones que ha utilizado un veterano militante en la defensa de una enmienda que reclamaba mayor inclusión. Otra persona de las bases, de Figueres, ha pedido "que la gente del territorio se pueda expresar" y ha puesto en valor el trabajo de Esquerra Verda preguntando: "¿Quién ha descolgado los carteles electorales? Las campañas no se aguantan sin nuestra gente, pedimos un movimiento que reconozca a todo el mundo, asamblea tras asamblea somos menos gente. ¿Cuántas candidaturas tenía ICV-EUiA y cuántas tenemos? Esta organización no está funcionando, hablamos de pluralidad y tenemos candidatos impuestos en los territorios".

Con diez años de vida del partido, al cuarto congreso han llegado vivas enmiendas sobre cuestiones como el nombre del partido: parte de las bases entiende que, en los medios de comunicación, Catalunya en Comú se confunde o se asocia con los comunes de Barcelona. También se ha debatido sobre si, estatutariamente, debe ser un partido o una organización. Otra cuestión que levanta ampollas es que los dos partidos sean independientes, pero parte de la dirección de Barcelona en Comú ocupa cargos clave en la organización de ámbito catalán. También la sede de ambos es la misma, en la calle de Marina, que originariamente lo era solo de Barcelona en Comú. Estas enmiendas no han prosperado, pero han señalado cuestiones pendientes de resolver que han aflorado en el voto de castigo al informe de gestión.

En los discursos finales, Gemma Tarafa, una de las dos nuevas coordinadoras, ha tomado nota y en su primera intervención en el cargo ha prometido "mimar a la organización" y que "habrá territorio, hay que hacer mucha más calle". "No somos muleta de nadie, somos la izquierda valiente, útil y transformadora, si sabemos trabajar lo interno y sabemos trabajar lo externo, en 2027 sabremos recuperar Sant Feliu, Montcada, Barcelona y muchas otras", ha defendido. Candela López, a su turno, ha apostado por "trabajar para fortalecer la organización, con un pie en la calle y otro en las instituciones". Y ha fijado tres objetivos: "Ser dique de contención de la ultraderecha, la referencia de las políticas de izquierda, e ir a por todas en 2027 en las municipales, reconectando con las clases populares y los movimientos sociales".

En la primera jornada, al dar cuenta del informe de gestión, Albiach y López fueron las únicas en referirse a las críticas internas. López llamó a "aprender de los errores para no tropezar dos veces con la misma piedra" y explicó que las bases se han quejado durante la preparación del congreso de que "no han sido escuchadas" y de que hay "distancia excesiva entre la dirección y la militancia". Es necesario, admitió, "mejorar la democracia interna y los mecanismos de toma de decisiones, que se tomen desde abajo hacia arriba, y no que las que toma el grupo parlamentario lleguen luego al resto de la organización". El malestar de algunos sectores fue visible en la primera mañana de la asamblea, aunque tímidamente, en dos cuestiones: los escasos aplausos a Colau en su discurso y el 28% de votos que sumaron los noes y abstenciones al reglamento de una asamblea donde se anunciaron las nuevas coordinadoras antes de que se abriera el plazo de presentación de candidaturas.

Mientras, en el tramo final de los discursos de cierre, Jessica Albiach, que deja la dirección del partido pero seguirá siendo la líder de los comunes en el Parlament ha advertido al president Salvador Illa de que será condición para aprobar sus presupuestos "un cambio de época en las políticas de acceso a la vivienda". "Que tome nota el presidente Illa", ha advertido. También ha reivindicado la planificación ecológica ante los negacionistas del cambio climático: "La dana les ha estampado la realidad en la cara", ha subrayado Albiach, que ha vuelto a pedir la dimisión del presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, por su gestión del temporal. "Mazón debe dimitir por incapaz, mentiroso y negacionista climático, está tardando en irse. No sabemos cómo esta persona puede estar durmiendo tranquila", ha asegurado.