El mundo enfrenta un problema considerable: el maltrato infantil. Se trata de una situación compleja que puede manifestarse de diversas maneras, desde el abuso físico hasta el emocional y la negligencia en la atención a las necesidades básicas. Este fenómeno, presente en todos los rincones del planeta, no discrimina edades, género o condición social, afectando gravemente el desarrollo de los menores.
En Argentina: cifras preocupantes
En Argentina, los datos son desalentadores. En 2022, el Observatorio del Sistema de Protección Integral de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (SIPROID) registró más de 20.000 casos de violencia contra menores. Esta cifra evidencia una preocupante tendencia al alza, reflejando una mayor conciencia sobre el problema y la voluntad de denunciarlo.
Denunciar para proteger
Ante la gravedad del maltrato infantil, es fundamental que la sociedad cuente con mecanismos efectivos para denunciarlo. En Argentina, existen dos líneas telefónicas gratuitas y confidenciales: la línea 102, especializada en los derechos de niños y adolescentes, y la línea 137, opción 1, destinada a atender casos de violencia familiar y sexual.
Línea 102: atención especializada
La línea 102 brinda asistencia inmediata a los menores, ofreciendo escucha, contención y orientación. Además, permite realizar denuncias de abuso de forma anónima, protegiendo la identidad de quienes reportan estos casos. El equipo profesional de la línea 102 articula con recursos locales de seguridad y asistencia para garantizar la protección de los niños y adolescentes.
Línea 137: apoyo a las víctimas
La línea 137, opción 1, está disponible las 24 horas del día, los 365 días del año, para brindar apoyo a las víctimas de violencia familiar y sexual. También permite realizar denuncias de forma anónima y ofrece información sobre los derechos de las víctimas. El equipo de psicólogas y trabajadoras sociales de la línea 137 brinda contención emocional y orientación jurídica.
Juntos contra el maltrato infantil
La lucha contra el maltrato infantil es una responsabilidad colectiva. Es esencial que la sociedad esté atenta a las señales de maltrato y denuncie cualquier situación sospechosa. Las líneas 102 y 137 están a disposición de todos para proteger a los niños y adolescentes de este flagelo.