María Agustí, embarazada de ocho meses, no puede tener a su pareja a su lado en el parto
María Agustí, una profesora de 34 años, está embarazada de ocho meses y ha pasado parte del verano en Casablanca, junto a su pareja marroquí, Rachid Dahdahi, con la que mantiene una relación sentimental desde hace dos años. Ahora ha vuelto a su casa en Llíria (Valencia) porque ambos decidieron que el niño naciera en España. Sin embargo, el padre no podrá estar presente en el parto, porque no ha conseguido ni un visado de turista por un mes para viajar desde Marruecos a Valencia y acompañar a la madre en las fechas señaladas.
El consulado de España en Casablanca, colapsado
“Ha sido imposible lograr una cita en el consulado de España en Casablanca para tramitar al menos un visado de turista”, explica María. “Nunca había disponibilidad: cuando se abría el plazo unas horas al día ya estaban todas las plazas cogidas o el sistema se bloqueaba. Y eso que él cumple con todos los requisitos exigidos [al menos 100 euros al día y un saldo bancario de 3.000 con mínimo, carta de invitación o lugar declarado de residencia], pero no ha tenido ni la posibilidad”.
María cuenta con todo el apoyo de su familia y de sus amigos, pero no podrá tener a su lado a su pareja, de 40 años, que conoció a partir del vestuario que diseñó el modista para una serie de televisión y ella descubrió por internet.
Una pareja normal, con libertad de movimiento
María e Rachid quieren llevar una vida de “una pareja normal, con libertad de movimiento, sin contar cuánto queda para vernos y separarnos”. Pero el proceso burocrático es complicado y muy lento, y todavía más si uno de los contrayentes procede de Marruecos. A María ya le hicieron hace meses la entrevista personal en España, en la que respondió a cuestiones de todo tipo -“algunas con sesgo racista, la verdad”, apostilla-, para constatar el tipo de relación que tienen. Rachid aún está a la espera de la suya.
“Los papeles del matrimonio pueden tardar un año o incluso dos, según nos dicen. Yo no puedo esperar, no puedo parar mi vida esperando”, lamenta María. “Solo queremos vivir tranquilos y dejar de una vez las despedidas, que siempre nos estamos despidiendo”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores asegura que el consulado ha implantado un nuevo sistema electrónico de citas con medidas de seguridad para evitar el tráfico de citas y que está impulsando nuevos desarrollos para incorporar medidas de control reforzadas. Sin embargo, María y Rachid no han tenido ni la oportunidad de tramitar el visado.
El racismo en aumento
María denuncia también el aumento del racismo en España en los últimos años. “Nosotros queremos que nuestro hijo tenga las dos culturas, la de Marruecos y la de España, que hable las lenguas de los dos países”, insiste. “Es lamentable”.