Marruecos continúa obstaculizando las relaciones con España: rechaza visados a trabajadores transfronterizos y retrasa la apertura de aduanas

Las relaciones entre España y Marruecos siguen tensándose. El Gobierno marroquí está poniendo trabas a la expedición de nuevos contratos y a la renovación de los existentes a los trabajadores transfronterizos, a quienes se les deniega un visado de 24 horas para realizar los trámites finales en Ceuta y Melilla.
Además, Marruecos continúa retrasando la apertura de las aduanas comerciales en ambas ciudades autónomas, a pesar de las pruebas de funcionamiento realizadas el año pasado.

Rechazo a los visados para trabajadores transfronterizos

A mediados de febrero, Marruecos comenzó a rechazar los visados especiales temporales que expedían los consulados españoles de Nador y Tetuán a los trabajadores transfronterizos que buscan empleo en Ceuta y Melilla. Estos visados venían siendo aceptados regularmente desde la reapertura de las fronteras terrestres en mayo de 2022.
Las trabajadoras afectadas, que superan las 3.000, son en su mayoría empleadas domésticas o de hostelería, cuyos permisos de acceso a las ciudades autónomas han caducado y que han sido dadas de baja en la Seguridad Social.
Para reanudar sus contratos, deben efectuar un último trámite presencial en Ceuta y Melilla, pero las autoridades marroquíes les impiden el paso en la frontera.

Retraso en la apertura de las aduanas

La hoja de ruta suscrita por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el rey Mohamed VI de Marruecos el 7 de abril de 2022 contemplaba la apertura de una aduana comercial de nueva planta en Ceuta y la reapertura de la de Melilla, que las autoridades marroquíes cerraron unilateralmente en agosto de 2018.
Tras la realización de distintas pruebas piloto, España asegura tener todo listo para abrir los pasos aduaneros y normalizar así el comercio entre las ciudades autónomas y su entorno marroquí.
Sin embargo, Marruecos alega que quedan "cuestiones técnicas" por resolver y sigue dando largas, lo que está perjudicando especialmente a la economía del norte de Marruecos.

Recelo marroquí

El rechazo a los visados y el retraso en la apertura de las aduanas ponen de manifiesto el recelo de Marruecos a reconocer, siquiera implícitamente, la soberanía española de Ceuta y Melilla.
La desconfianza sigue siendo el gran lastre en las relaciones bilaterales, a pesar de la recuperación del diálogo y la decisión de "evitar todo aquello que ofenda a la otra parte en cuestiones de soberanía".

Análisis

Enrique Ávila, profesor de Ciencias Políticas de la UNED en Ceuta, considera que Marruecos no reconocerá los visados especiales para los trabajadores transfronterizos, a pesar de las consecuencias negativas que esto tendrá para los marroquíes de la zona limítrofe.
"El Gobierno marroquí no tiene ninguna dependencia de la opinión pública", señala Ávila. "Además, y en concordancia con sus reclamaciones sobre territorios que considera ocupados, no puede adoptar ninguna medida que pueda interpretarse como un reconocimiento de la españolidad de Ceuta y Melilla".
Ávila sostiene que la estrategia de Marruecos es clara: "Que la sociedad española piense que Ceuta y Melilla son una fuente continua de problemas y que es mejor evitarlos".
La presidenta de la Confederación de Empresarios de Ceuta, Arantxa Campos, también expresa su escepticismo sobre la apertura de las aduanas comerciales.
"Hemos recibido tantas excusas por parte de Marruecos, con ausencia absoluta de explicaciones, que somos muy escépticos al respecto", afirma Campos. "No lo entendemos, porque el norte de Marruecos está sufriendo las consecuencias del incumplimiento de lo acordado".