En la mañana del 14 de febrero, la Ciudad de México fue el escenario de dos microsismos que, aunque de baja magnitud, lograron interrumpir la tranquilidad de sus habitantes. El primero, con una magnitud de 2.8 y el segundo de 1.8, se originaron en la alcaldía Álvaro Obregón, sin provocar daños significativos ni activar la alerta sísmica.
¿Cuál fue la reacción de la Ciudad de México?
Las alcaldías afectadas, como Magdalena Contreras y Benito Juárez, activaron de inmediato sus protocolos de seguridad. Las autoridades, lideradas por Martí Batres, jefe de Gobierno de la CDMX, monitorearon la situación y comprobaron que no surgieron daños ni heridos a causa de los temblores.
¿Por qué no sonó la alerta sísmica?
El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) explicó que la alerta no se activa si los sismos son de baja magnitud o si el epicentro es muy cercano, como fue el caso en esta ocasión. Esto contribuyó a la confusión inicial, aunque rápidamente las autoridades clarificaron la situación a través de las redes sociales y medios de comunicación.
Este par de sismos en la CDMX ocurre en un contexto donde el país mantiene una cultura de prevención y reacción rápida ante eventos telúricos. Con simulacros programados y una constante comunicación entre los organismos de gestión de riesgos, la capital mexicana sigue fortaleciendo su capacidad de respuesta ante estos fenómenos naturales.
Preparativos para un futuro sismo
La CDMX continúa con la organización del próximo Simulacro Nacional 2024, que se llevará a cabo el 19 de marzo a las 11:00 horas. Dicha actividad es vital para mantener a la población informada y preparada ante cualquier eventualidad sísmica.