Mónica, extutela, accede a una carrera universitaria gracias a la reserva de plaza

Mónica (nombre ficticio) tiene 22 años y es una de las dos jóvenes que, después de pasar por el sistema de protección público valenciano, ha accedido a una carrera universitaria a través de la reserva de plazas para extutelados que no pueden matricularse por el turno general al no alcanzar la nota de corte.

Una oportunidad para jóvenes extutelados

Esta reserva de plazas es una forma de equilibrar las oportunidades de los jóvenes que dejan el sistema de protección a los 18 años con el resto de estudiantes, una medida que solo Cataluña y la Comunidad Valenciana contemplan. Además, las universidades vascas también destacan por sus programas de ayuda, asesoramiento y acompañamiento para estos jóvenes.

En la Comunidad Valenciana, a finales de 2022 había cerca de 4.000 menores tutelados, según datos de la consejería de Igualdad y Políticas inclusivas. De ellos, más de 1.600 tenían entre 15 y 18 años, y el curso pasado el número de extutelados matriculados en universidades públicas apenas alcanzaba la decena.

El testimonio de Mónica

Mónica entró a los 14 años en un centro de acogida del que no guarda buen recuerdo. "Era un ambiente en el que no me sentía bien", relata. Repitió un curso, le costaba encontrar un lugar para ponerse a estudiar: "Era imposible", asegura.

En el segundo centro la cosa cambió. Convivía con otros 11 tutelados de entre 8 y 18 años y los educadores le apoyaban más en su idea de seguir con los estudios. "Pero nunca era una prioridad", recuerda.

Como otros jóvenes tutelados que no viven con una familia de acogida, la mayoría de edad supone, de un día para otro, abandonar el sistema de protección, y la búsqueda de un empleo ocupa un lugar preferente.

Pensando en eso, Mónica se matriculó en el grado medio de auxiliar de enfermería, que sacó sin problemas. También solicitó acceder a un piso de emancipación y recibió la formación intensiva de adultez.

En el centro ya le habían enseñado a administrarse y a ahorrar. Aprendió de contratos de trabajo y tipos de alquiler, a cocinar, a limpiar, a hacer la compra y a abrir una cuenta en el banco con las mejores condiciones.

"Es un muy raro salir de una casa de acogida y seguir estudiando", admite, cuando lo siguiente es pasar a vivir en un piso que has de pagar. Pero ella quiso hacerlo y se matriculó en un grado superior de técnico de radiodiagnóstico.

Ahí fue el momento en el que el gusanillo de la Medicina empezó a dar vueltas en su cabeza, cada vez que estudiaba patologías o anatomía. Alternó los estudios con el trabajo como auxiliar, que no le faltó en ningún momento.

Se independizó y en el segundo año del grado superior de FP dejó el trabajo para centrarse en sacar las mejores notas. "Conseguí una ayuda y tiré de ahorros", recuerda.

Los meses de mayo y junio de este año fueron una montaña rusa en su vida. No puedo hacer la EBAU porque coincidió en fechas con el trabajo final del grado superior.

"Pensaba que no podía seguir estudiando nada", rememora con muecas de dolor. Y llegó la que llama su "técnico", la profesional que durante el tiempo de acogida la ha guiado y ayudado y "no sé cómo, se enteró de que existía esa reserva de plaza", recuerdo.

Mónica pensó que no podía ser cierto, que era imposible que existiera algo así pero hizo la preinscripción y fue admitida. Su semblante cambia completamente cuando revive ese momento: "No me lo creía".

La importancia de la reserva de plazas

Vicente Cabedo, director de la cátedra para la Infancia y la Adolescencia, insiste en la importancia de ampliar la reserva de plazas a todas las universidades públicas. "Es una plaza extra, no se le quita a ningún estudiante", explica, quien pelea para tratar de hacer crecer las tasas de jóvenes extutelados que siguen estudiando.

Mónica, que ahora está "sola" y no le importa, se muestra tranquila: "Estoy acostumbrada y no me importa, estoy más tranquila", cuenta. Trabajará durante todo el verano para ahorrar y poder dedicarse a la carrera plenamente a partir de septiembre.

"Soy constante. Creo que puedo hacerlo. Es un reto pero voy a poner todo mi esfuerzo en ello", asegura firme.