¿Planeas mojarte en Sábado de Gloria? Podrías enfrentar multas significativas en la Ciudad de México

Mientras la Semana Santa avanza, muchos anticipan con entusiasmo el Sábado de Gloria, una fecha que conmemora la resurrección de Jesucristo. Sin embargo, una tradición popular asociada a este día, la de mojarse unos a otros, podría acarrear consecuencias legales y financieras. En la Ciudad de México, las autoridades están intensificando la vigilancia para evitar el desperdicio de agua, y las multas por infringir la ley pueden ser considerables.

El origen de una tradición y su transformación

Según información de Grupo Milenio (n.d.), la costumbre de mojarse en Sábado de Gloria tiene raíces en los antiguos rituales de bautismo, donde el agua simbolizaba purificación y renacimiento espiritual. No obstante, con el tiempo, esta práctica ha evolucionado, especialmente en áreas urbanas, transformándose en una celebración más festiva y, en ocasiones, desenfrenada. Niños y jóvenes, armados con cubetas, mangueras y globos, participan en batallas de agua que, si bien pueden parecer inofensivas, contribuyen al derroche de un recurso cada vez más escaso.

Para muchos, esta actividad representa una forma de refrescarse durante los días calurosos de la Semana Santa. Sin embargo, las autoridades están recordando a la población que el agua potable debe ser utilizada de manera responsable, especialmente en un contexto de creciente escasez hídrica.

Sanciones por desperdiciar agua: Lo que debes saber

La Ley de Derecho al Acceso, Disposición y Saneamiento del Agua de la Ciudad de México, en su artículo 111, establece claramente las sanciones por el desperdicio de agua potable. Mayte Baena (2025) reporta para Grupo Milenio que las multas oscilan entre 100 y 300 Unidades de Medida y Actualización (UMA), lo que equivale a una suma considerable que va desde los 11,314 hasta los 33,942 pesos mexicanos.

Pero las sanciones no se limitan a lo económico. Quienes sean sorprendidos desperdiciando agua también podrían enfrentar arrestos de entre 20 y 36 horas, o ser obligados a realizar trabajos comunitarios de 10 a 18 horas. Estas medidas buscan crear conciencia sobre la importancia de conservar el agua y evitar su uso irresponsable.

Ciudad de México frente a la crisis hídrica

La Ciudad de México se encuentra en una situación crítica en cuanto al suministro de agua. Diversos factores contribuyen a esta crisis, incluyendo:

  • Dependencia del agua subterránea: Aproximadamente el 70% del agua que se consume en la ciudad proviene de fuentes subterráneas, lo que ha provocado la sobreexplotación de los acuíferos.
  • Fugas en la red de distribución: Se estima que entre el 35% y el 40% del agua tratada se pierde debido a fugas en la infraestructura, agravando aún más la escasez.
  • Sequías y cambio climático: La disminución de las lluvias y los efectos del cambio climático han reducido la disponibilidad de agua superficial, afectando el suministro del Sistema Cutzamala.

¿Cómo podemos contribuir a la solución?

Ante esta problemática, es fundamental que todos los ciudadanos tomen conciencia de la importancia de ahorrar agua. Algunas medidas que podemos adoptar incluyen:

  • Evitar mojar a otras personas en Sábado de Gloria.
  • Reparar fugas en casa.
  • Utilizar el agua de manera eficiente al lavar trastes, ropa o al bañarse.
  • Reutilizar el agua siempre que sea posible.

La Secretaría de Gestión Integral del Agua (SEGIAGUA) (2025) enfatiza la importancia de mantener limpias las coladeras para prevenir inundaciones, recordando que el cuidado del agua es responsabilidad de todos. Como reza el hashtag #CuidemosElAgua, la colaboración ciudadana es crucial para garantizar el suministro de agua a largo plazo.

El llamado a la conciencia

El Sábado de Gloria puede ser una oportunidad para reflexionar sobre nuestra relación con el agua y adoptar hábitos más responsables. En lugar de participar en prácticas que derrochan este valioso recurso, podemos celebrar la resurrección de una manera más consciente y respetuosa con el medio ambiente.

La multa por desperdiciar agua no es solo un castigo económico, sino una advertencia sobre la necesidad de proteger un bien esencial para la vida. En un contexto de crisis hídrica, cada gota cuenta.