Fallece Julio Héctor Simón, alias “El Turco Julián”, condenado por crímenes de lesa humanidad

Julio Héctor Simón, conocido por su apodo “El Turco Julián”, ha fallecido este martes a los 82 años mientras se encontraba cumpliendo múltiples condenas por crímenes de lesa humanidad en la cárcel de Ezeiza. Simón, cuya notoriedad se cimentó en su brutal accionar durante la última dictadura militar argentina (1976-1983), fue el primer represor en ser condenado tras la reapertura de los juicios en 2006. Su deceso marca el fin de una era oscura y recuerda la importancia de la justicia transicional en Argentina.

El Legado del Horror: “El Turco Julián” y su Rol en la Dictadura

Simón, miembro de la Policía Federal Argentina, se destacó como uno de los principales represores que operaban en el centro clandestino de detención El Olimpo y como colaborador del Batallón de Inteligencia 601. Su nombre infundía terror entre las víctimas, quienes lo recuerdan por su antisemitismo y extrema brutalidad. Según ámbito.com («Lesa humanidad: murió el "Turco Julián", uno de los represores más temidos de la última dictadura», 2024), en 1990, Simón admitió públicamente en televisión haber torturado a detenidos, revelando la existencia de los infames "vuelos de la muerte".

Durante la dictadura, “El Turco Julián” fue una pieza clave del circuito represivo ABO (Atlético, Banco y Olimpo), donde se cometieron atrocidades contra cientos de personas. Miguel D’agostino, sobreviviente de El Olimpo, testificó que su presencia era inconfundible: «Era imposible no saber que el Turco andaba por ahí. Por su voz, por su impronta, era omnipresente» (Bullentini, A., como se citó en ámbito.com, 2024).

Los Métodos de Tortura y la Ideología Nazi

D’agostino describe el “método de tortura preferido” de Simón como una combinación de «golpes de puño, los palazos y las cadenas», añadiendo que «el “Turco Julián solía ostentar su ideología nazi» (Bullentini, A., como se citó en ámbito.com, 2024). Estas revelaciones pintan un retrato escalofriante de un individuo que encarnó la crueldad y el sadismo durante un período sombrío de la historia argentina.

Un Recorrido Judicial: Condenas y Negación de Beneficios

La primera condena de Simón llegó en 2006, marcando un hito en la reapertura de los juicios por delitos de lesa humanidad. Cumplía su pena en la cárcel de Ezeiza, y recientemente, la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal ratificó la negativa del TOF 2 de CABA a concederle la prisión domiciliaria. El tribunal justificó su decisión basándose en la gravedad de los delitos cometidos y el compromiso del Estado en reparar a las víctimas.

Las Tres Condenas de Julio “El Turco Julián” Simón

Julio Simón enfrentó tres condenas por crímenes de lesa humanidad cometidos tanto en el circuito represivo ABO como en otros contextos. En 2006, fue sentenciado a 25 años de prisión en el juicio Poblete, por la apropiación de Claudia Victoria Poblete, hija de José Liborio Poblete Roa y Gertrudis Marta Hlaczic, secuestrados cuando Claudia tenía apenas 8 meses. Sus padres permanecen desaparecidos.

Un año después, en 2007, recibió una condena de 23 años en el juicio conocido como "Contraofensiva Código Viejo", relacionado con la represión ilegal contra miembros de la "Contraofensiva montonera". Finalmente, en 2010, fue condenado a cadena perpetua por su rol en el circuito ABO, en un juicio que abordó los crímenes cometidos contra 181 víctimas, quienes sufrieron privación ilegal de la libertad y torturas. En este último juicio, otros 15 represores también fueron condenados.

El Significado de su Muerte en el Contexto Actual

La muerte de Julio Héctor Simón, “El Turco Julián”, no borra los crímenes cometidos, pero sí simboliza el cierre de un capítulo para muchas víctimas y sus familiares. Mientras la sociedad argentina continúa lidiando con el legado de la dictadura, es imperativo recordar a las víctimas y asegurar que la justicia siga su curso. Según ambito.com, su fallecimiento ocurre en un momento donde el debate sobre la memoria y la justicia transicional sigue siendo central en la política argentina.

El proceso judicial contra Simón, y su posterior condena, representan un importante paso en la búsqueda de verdad, justicia y reparación para las víctimas del terrorismo de Estado. Su muerte, aunque no exime su responsabilidad, sirve como un recordatorio constante de los horrores del pasado y la necesidad de mantener viva la memoria para que nunca más se repitan tales atrocidades.

La justicia argentina está persiguiendo activamente los crímenes de lesa humanidad, asegurando que los responsables rindan cuentas por sus actos. Este enfoque proactivo busca fortalecer el estado de derecho y promover una cultura de respeto a los derechos humanos. ambito.com está proporcionando cobertura continua de estos eventos, subrayando la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en el proceso judicial.