Descubrimiento de ADN antiguo revela el lugar de las personas con síndrome de Down en sociedades prehistóricas
Un estudio internacional de ADN arroja luz sobre cómo eran tratadas las personas con síndrome de Down en las sociedades prehistóricas.
Hallazgos significativos
La investigación abarcó muestras de ADN de cerca de 10,000 individuos de las edades de Piedra y Hierro, identificando seis casos de síndrome de Down. El más antiguo data del año 3500 a. C., convirtiéndose en la evidencia más temprana registrada de esta condición genética.
- Cinco de los seis individuos identificados provienen de la Edad de Bronce en Grecia, Bulgaria y la Edad de Hierro en España.
- El sexto caso se encontró en Finlandia y data de los siglos XVII o XVIII d. C.
Modelo estadístico innovador
El avance fue posible gracias a un modelo estadístico desarrollado por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig. Este modelo permitió analizar fragmentos de ADN en relación con los cromosomas, detectando aquellos con un 50% más de material genético en un cromosoma específico, característico del síndrome de Down.
Tratamiento en las comunidades prehistóricas
Contrario a la percepción contemporánea, el estudio demuestra que los bebés nacidos con síndrome de Down no eran rechazados en las épocas pasadas. Por el contrario, eran valorados como parte de sus comunidades.
Aunque sus vidas eran generalmente cortas, con la mayoría falleciendo en la infancia, sus entierros muestran un trato igualitario. Estos niños eran sepultados dentro de los límites de los asentamientos, acompañados de objetos personales como collares de cuentas coloridas, anillos de bronce o conchas marinas.
Capacidad humana para la empatía y la inclusión
Adam Rohrlach, uno de los autores principales, comentó: Las tumbas sugieren que estos individuos fueron cuidados y valorados como miembros de sus comunidades.
Este descubrimiento amplía nuestro entendimiento sobre la historia del síndrome de Down, y resalta la capacidad humana para la empatía y la inclusión. Incluso en tiempos prehistóricos, las comunidades mostraban un sentido de compasión hacia sus miembros más vulnerables.