Tres semanas con los colegios cerrados en Paiporta: vecinos reclaman clases 'online'

Los colegios de Paiporta permanecen cerrados desde que la gota fría del 29 de octubre asolara el municipio. De los 4.000 alumnos escolarizados en la localidad, solo 160 han regresado a su centro docente: son los alumnos del último curso de Bachillerato. El resto de colegios siguen sin funcionar y las familias están desesperadas y muestran su hartazgo. “La Consejería de Educación dice que la semana que viene [el 25 de noviembre] nuestros hijos volverán a sus escuelas, que se va a restablecer la normalidad, pero a la vista está que nuestro pueblo no puede volver a la normalidad en cuatro días; es imposible, porque los centros siguen teniendo barro”, denuncia Ana, madre de tres hijos.

Padres y madres exigen rapidez en la limpieza y clases 'online'

Esta vecina de Paiporta ha protestado este martes ante el Ayuntamiento de la localidad junto a medio centenar de padres, madres y alumnos para exigir la reapertura de colegios. Verónica (41 años) tiene dos hijas, de 8 y 10 años, y ha acudido a la concentración, que se repetirá el miércoles. Se considera afortunada porque tiene familia en el cercano municipio de Torrent y ha podido reubicarlas en uno de sus centros docentes. Su colegio, el Ausiàs March de Paiporta, con capacidad para 700 alumnos, fue primero un banco de alimentos, luego se desalojó “y parece que en estos días se han empezado las tareas de limpieza” pero no tiene mucha fe en que esté listo el próximo lunes como se ha anunciado la Generalitat.

Todos los vecinos han tenido la misma suerte que Verónica; algunos, explica, “están intentando ser escolarizarlos en Valencia o en otros pueblos”. “Pero el problema es que no tienen con qué desplazarse porque el 95% de la población estamos sin coche. Se los llevó la tromba de agua”, indica.

Los únicos alumnos que acaban de volver a las clases en uno de los municipios más castigados por la riada son los de segundo de Bachillerato y porque la Prueba de Acceso a la Universidad está a la vuelta de la esquina y no pueden perder más tiempo. Están dando clases en el Instituto Andreu Alfaro. “Empezaron el lunes y van a dar tres o cuatro horas diarias durante cuatro días a la semana”, explica Yolanda, de 51 años, madre de uno de ellos. “Mi hijo, por ejemplo, que está en Segundo, ha perdido tres semanas de clase. De verdad, me dicen antes de la gota fría que íbamos a estar así y no me lo creo. Es una vergüenza”, alega por la lentitud con que evoluciona la limpieza.

Solo 160 de los 4.000 alumnos han vuelto a las clases

El presidente de Interampa —asociación que agrupa a todas las asociaciones de padres y madres de los colegios de Paiporta—, Rafael Ramos, corrobora que solo han vuelto a clase 160 de los 4.000 alumnos escolarizados en este municipio al sur de Valencia. Y el protocolo de entrada al centro es estricto: los alumnos tienen que cambiarse de calzado antes de acceder al centro para no contaminar las aulas con el barro que pisan en las calles.

El Ayuntamiento pide más medios y la Generalitat asegura que reforzará la limpieza

Vicent Ciscar, teniente de alcalde, ha trasladado a los padres lo que la Consejería de Educación les ha explicado y es que el próximo 25 de noviembre abrirán los centros docentes Ausiàs March, el Rosa Serrano, el Lluís Vives y el Jaume I. Y los alumnos del colegio de L’Horta, que no podrán comenzar, darán clase en la parte alta de la biblioteca municipal donde el Ayuntamiento les ha cedido las aulas de la escuela de adultos. Posteriormente se montará un centro con aulas prefabricadas.

“La preocupación del Ayuntamiento y de los padres y madres es que no vemos movimiento en esos colegios. No están destrozados pero las partes bajas se han inundado y lo que hemos pedido es que la vuelta de los niños se haga en las condiciones adecuadas; que esté todo limpio, higienizado, que revisen las instalaciones de luz y agua y repongan pupitres y sillas estropeadas”, añade Ciscar.

El teniente de alcalde recuerda que Paiporta no tiene solo el problema de los escolares, “es el pueblo más afectado de la zona cero y, ahora mismo, después de 21 días del paso de la gota fría, solo ha podido abrir una panadería de nuestro comercio tradicional. Imagínate un pueblo de casi 30.000 habitantes sin nada. Es todo muy complicado. La única solución viable era echar el resto, mandar un ejército de limpiadores y reabrir lo antes posible los colegios porque los vecinos no tienen con qué desplazarse y los que tienen coche tardan horas en sus desplazamientos por las colas de tráfico”, advierte el concejal.

El portavoz de las asociaciones de padres y madres añade que no es solo la limpieza sino también es necesario establecer caminos seguros para acudir a las aulas. “Las asociaciones propusieron hace una semana que se empezara por lo menos con los más mayores a dar clases 'online', y de hecho, colegios e institutos estaban de acuerdo porque después de la pandemia se les hizo una formación a todo el profesorado. Tenemos el jueves la siguiente reunión y veremos”. Ramos ha recorrido los centros escolares, incluso en fin de semana, y asegura que no ha visto movimiento.

“Todo pasa por que se pongan todos los medios y se habiliten caminos seguros desde distintos puntos del pueblo para llegar a los colegios sin pisar barro. El primer paso es que los colegios estén limpios y haya un certificado de sanidad de la Generalitat que diga que los centros son aptos. Y luego está el problema de la conciliación familiar y laboral”, concluye Rafael Ramos.

La fecha estimada para la apertura de estos centros se había fijado para el 25 de noviembre, “pero siempre se ha escuchado a la comunidad educativa y se ha manifestado que si, llegada la fecha, algún centro no está en disposición de abrir sus puertas se retrasará hasta que esté en condiciones”.

La Generalitat apunta que desde la localidad no se ha querido valorar la posibilidad de trasladar a otros municipios al alumnado que por el momento no puede volver a sus centros. No obstante, aquellos padres que a título personal han tomado la decisión de que sus hijos sí se desplazaran lo han hecho a través de la modalidad de acogimiento en otros centros con total normalidad.