Paiporta, epicentro de la DANA, aún lucha por recuperar la normalidad 36 días después

En Paiporta, el epicentro de la DANA que azotó la Comunidad Valenciana el pasado 29 de octubre, la normalidad aún está lejos de volver, 36 días después de la catástrofe.

Supervivientes marcados por las heridas de la tragedia

Los vecinos de Paiporta aún viven con las heridas de la tragedia. Muchos han perdido sus casas, sus negocios y sus pertenencias, y el miedo y la incertidumbre siguen presentes en sus vidas.

“Lloro todo el rato”, relata Isabel Lago, una vecina de Paiporta que perdió su casa en la riada. “Pero también nos han pasado cosas buenas: ahora tenemos los teléfonos de todos nuestros vecinos, nos abrazamos, nos animamos, nos hemos convertido en una familia”.

Jesús Baos, otro vecino de Paiporta, asegura que ahora discute más con su mujer, quien le riñe por abrir la ventana y asomarse al desastre. “Estamos todos nerviosos y a la vez apagados. Es una sensación muy rara, como vivir de prestado”.

La lotería, un rayo de esperanza en medio del dolor

En medio del dolor, la lotería se ha convertido en un rayo de esperanza para los vecinos de Paiporta. La administración de lotería La Millonaria, uno de los pocos locales abiertos tras la catástrofe, no da abasto.

“Siempre que pasa una desgracia, hay que comprar”, explica Juan, un almeriense que ha recorrido 450 kilómetros para comprar décimos en Paiporta. “Todo el mundo quiere irse con un pedacito de suerte”.

Cristina, la administradora de La Millonaria, ha dejado de lado su casa inundada para centrarse en el negocio. “Cuando todas las rutinas han sido arrasadas por el barro, la única tradición que persiste tiene que ver con la superstición, con la idea de que solo algo muy bueno puede venir después de algo muy malo”.

El ejército y los voluntarios, un apoyo fundamental

El ejército y los voluntarios han sido un apoyo fundamental para los vecinos de Paiporta tras la DANA. Los efectivos de la UME trabajan sin descanso para limpiar las calles y los escombros, y los voluntarios ayudan a los vecinos a sacar el barro de sus casas y a recuperar sus pertenencias.

“La UME ha prometido quedarse 'lo que haga falta'”, asegura Jesús Baos. “Es un apoyo muy importante para nosotros, porque nos sentimos seguros y acompañados”.

La normalidad aún está lejos

Aunque poco a poco la vida en Paiporta va volviendo a la normalidad, aún queda mucho por hacer. Muchas calles siguen cortadas, hay casas que aún no se pueden habitar y los negocios que han podido reabrir lo hacen con dificultades.

“Aquí queda mucho”, repiten los efectivos de la UME. “Pero poco a poco vamos avanzando”.

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