El Papa Francisco, en el umbral de la Semana Santa, ha instado a sus sacerdotes a vivir lejos de la "hipocresía clerical" y a tratar a sus fieles con misericordia, en su mensaje durante la Misa crismal este jueves 28 de marzo de 2024, una ceremonia que da paso a un intenso ciclo de eventos religiosos. Al dirigirse a los clérigos basados en Roma, les ha ofrecido una serie de directrices espirituales en la antesala de días conmemorativos para la cristiandad.
La celebración de la Misa tuvo lugar en la Basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano, marcando el primer gran ritual papal desde que el icónico baldaquino de Bernini fuera cubierto por andamios para su restauración. La presencia de cardenales y la tradicional bendición de los óleos sagrados, subrayó la solemnidad del evento. El pontífice, recientemente recuperado de problemas respiratorios, lució en buena forma y pudo pronunciar una extensa homilía, tras haber omitido su discurso previamente durante la Misa de Domingo de Ramos.
Francisco exhortó a los sacerdotes a 'mirar hacia adentro', a arrepentirse de su ingratitud e inconstancia y a reconocer 'con tristeza nuestra duplicidad, deshonestidad y pecado'. La próxima serie de actos religiosos, que pondrán a prueba su resistencia, incluirá la participación en el tradicional Viacrucis nocturno en el Coliseo de Roma, la Vigilia Pascual en la Basílica de San Pedro y la Misa de Domingo de Resurrección, seguida del mensaje 'Urbi et Orbi' en el que abordará conflictos globales y desastres que afectan a la humanidad.
Dentro de sus actividades, el Papa también acudirá a la principal cárcel femenina de Roma para realizar el acto simbólico de lavar los pies a los reclusos, emulando la humildad de Jesucristo. Esto refleja su compromiso con las prácticas inclusivas, introduciendo tanto mujeres como no cristianos a esta liturgia, una tradición que comenzó cuando era arzobispo de Buenos Aires.
La comunidad católica sigue con atención los pasos de un Papa que, enfrentando el peso de sus 87 años, sigue mostrando un liderazgo espiritual firme y una preocupación auténtica por inculcar valores de humildad y servicio entre su clero, subrayando el mensaje de Jesucristo en los tiempos modernos.