Paula María García Villegas defiende su trayectoria judicial ante la elección a la SCJN

Una carrera construida con esfuerzo propio

García Villegas enfatiza que su carrera judicial ha sido el resultado de su propio esfuerzo y dedicación. «Mi trayectoria habla, no mi apellido», afirma, buscando distanciarse de cualquier noción de favoritismo debido a su madre, Olga Sánchez Cordero, ministra en retiro y ex titular de la Secretaría de Gobernación (Segob). La candidata subraya que ha escalado posiciones en el sistema judicial, desde jueza hasta magistrada de circuito, y que su trabajo ha generado precedentes importantes.

La reforma judicial y el acceso a la justicia

La importancia de la experiencia y la renovación en el Poder Judicial

Ante la pregunta sobre la falta de experiencia de algunos candidatos, García Villegas reconoce que «ser juzgador o juzgadora es un oficio» que se aprende con el tiempo. Sin embargo, también destaca la necesidad de «oxigenar al Poder Judicial» con personas externas que aporten nuevas perspectivas y conocimientos. Considera fundamental que los aspirantes a jueces conozcan la ley, la jurisprudencia y el manejo de expedientes, subrayando la complejidad del trabajo judicial (Mosso, 2024).

El desafío del piso parejo en la elección judicial

García Villegas advierte sobre las desigualdades en el acceso a los recursos para los candidatos. «Creo que se tiene que trabajar mucho… para cuestiones de presupuesto», señala, refiriéndose a la disparidad entre los aspirantes que cuentan con recursos económicos y aquellos que no. Plantea la interrogante de cómo garantizar que personas externas al sistema judicial, con el potencial de renovarlo, puedan aspirar a cargos si no cuentan con el financiamiento necesario para una campaña efectiva.

Críticas a las boletas electorales y la participación ciudadana

Su postura frente a la reforma judicial y las descalificaciones

Ante las acusaciones de estar en contra de la reforma judicial, García Villegas explica su postura durante el proceso de impugnación de la Ley de Austeridad Republicana. Aclara que, a diferencia de muchos de sus colegas, ella no impugnó la ley por un sentido de ética y principios. «Yo por ética y por principios no podía ser juez y parte», explica, enfatizando la importancia de la honorabilidad en su carrera. También se distanció del paro de juzgadores, priorizando la continuidad del servicio de justicia y la protección de los derechos laborales de sus compañeros.

Un llamado a la responsabilidad histórica

La magistrada concluye haciendo un llamado a la responsabilidad histórica de los nuevos jueces para satisfacer la demanda del pueblo de México por una justicia diferente. «Estoy de acuerdo en que es necesario acrecar la justicia al pueblo de México y dependerá de las personas juzgadoras nuevas, la altura que tenga para darse cuenta de la responsabilidad histórica», enfatiza, según lo citado por Mosso (2024). Su visión destaca la necesidad de un Poder Judicial más accesible, eficiente y comprometido con la equidad.