La anosmia, un signo sutil de demencia que puede aparecer años antes
La anosmia, la pérdida del sentido del olfato, podría ser una señal temprana de demencia, una afección que afecta la memoria, las habilidades cognitivas y la capacidad de realizar tareas diarias. Según la neuróloga Virginia Siddiqui, la identificación de olores es una herramienta útil para predecir la conversión de un deterioro cognitivo leve a la demencia tipo Alzheimer.
Una relación estrecha
Este fenómeno ha sido objeto de estudio durante años debido a la fuerte relación entre la anosmia y un mayor riesgo de demencia. En Estados Unidos, cerca de 7 millones de personas viven con demencia, una condición progresiva que destruye las capacidades mentales esenciales. Aunque los factores de riesgo más comunes, como las variantes genéticas, suelen requerir pruebas exhaustivas para ser identificados, la pérdida del olfato puede ser detectada en actividades cotidianas.
La importancia de consultar a un médico
Los especialistas sugieren consultar a un médico si no se puede percibir el olor de productos comunes como el champú o el gel de baño, que son olores familiares durante el baño. Según la neuróloga Meredith Bock, la neurodegeneración asociada con enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson afecta las sensaciones relacionadas con el olfato. Esto puede dificultar el reconocimiento de olores familiares, como el champú o el gel de ducha.
Precursor de la demencia con cuerpos de Lewy
En el caso de la demencia con cuerpos de Lewy, una de las formas más comunes de demencia, la disminución o distorsión del sentido del olfato puede preceder a otros síntomas hasta por una década, según Siddiqui. Además, un estudio de la Universidad de Chicago encontró que las personas con un rápido declive en su sentido del olfato presentaban un volumen más pequeño de materia gris en áreas cerebrales relacionadas con el olfato y la memoria, comparadas con aquellos que no experimentaban estos problemas.
La detección temprana es crucial
Esto subraya la importancia de prestar atención a cualquier cambio en el sentido del olfato, ya que podría estar relacionado con el deterioro cognitivo. Aunque la anosmia no siempre indica demencia, ya que puede ser causada por otras condiciones como resfriados, la gripe o incluso el envejecimiento normal, es fundamental que las personas informen a sus proveedores de atención médica sobre cualquier cambio en sus sentidos. La identificación temprana de problemas cognitivos podría facilitar un diagnóstico más rápido y un tratamiento oportuno.
En este sentido, un estudio reciente de la Universidad de Michigan indicó que muchos estadounidenses presentan síntomas de demencia sin haber sido diagnosticados formalmente, debido a que los pacientes interpretan estos síntomas como parte del envejecimiento normal. La demencia tiene varios factores de riesgo, que incluyen la baja educación, la pérdida auditiva, la hipertensión, el tabaquismo, la obesidad y la depresión, entre otros. Prestar atención a los signos de la enfermedad puede ser clave para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
Conclusión
La anosmia, la pérdida del sentido del olfato, es una señal sutil que puede aparecer años antes de otros síntomas de demencia. Es importante prestar atención a cualquier cambio en el sentido del olfato e informar a un proveedor de atención médica para un diagnóstico y tratamiento tempranos. La identificación temprana puede mejorar los resultados y la calidad de vida de las personas con demencia.