La leyenda de los extraterrestres y su protección sobre Tamaulipas ante los huracanes
La creencia popular y las evidencias científicas se entrelazan para explicar por qué los huracanes no golpean las costas de Tamaulipas. La leyenda de los extraterrestres y su supuesta base en la región cobra fuerza, mientras que los expertos señalan factores como las corrientes de agua fría como posibles causas.
La leyenda de los extraterrestres
Desde hace décadas, los habitantes de ciudades como Tampico y Ciudad Madero sostienen la creencia de que a 40 kilómetros de la costa se encuentra una base alienígena. Esta leyenda surgió en los años setenta, tras el impacto del huracán Inés, cuando se registraron avistamientos de luces en el cielo.
Según los lugareños, los extraterrestres habrían elegido la zona como su hogar y estarían protegiendo tanto su base como las costas de Tamaulipas de los huracanes. Esta creencia se ha extendido y ha dado lugar a la instalación de figuras de alienígenas en playas como Miramar, como símbolo de bienvenida a los turistas.
El factor científico
Además de la leyenda, los científicos también apuntan a factores científicos para explicar la ausencia de huracanes en Tamaulipas. Una de las principales teorías es la presencia de corrientes de agua fría en el Golfo de México. Estas corrientes crean una barrera térmica que desvía los ciclones tropicales antes de que puedan llegar a la costa.
Otro factor que se considera es la ubicación geográfica de Tamaulipas. La entidad está situada en una zona protegida por la Sierra Madre Oriental, que actúa como una barrera natural contra los huracanes.
La Virgen del Carmen, otro factor de protección
A la leyenda de los extraterrestres y a los factores científicos se suma la devoción a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros. En 1967 se instaló un monumento a la Virgen en las costas de Tamaulipas, y desde entonces se le atribuye la protección adicional contra los huracanes.
Sea por la leyenda, la ciencia o la fe, lo cierto es que Tamaulipas se ha mantenido libre de huracanes desde 1966, cuando el huracán Inés impactó la región. Este fenómeno inusual ha generado curiosidad y asombro, convirtiendo a la entidad en un lugar único en cuanto a su protección contra los ciclones tropicales.