Sergi Sabrià abandona la política y destapa una lucha interna en Esquerra Republicana
Sergi Sabrià ha dimitido este jueves como viceconsejero de Estrategia y Comunicación de la Generalitat, un cargo que ocupaba desde 2021. Sabrià, que también fue alcalde de Palafrugell, ha tomado esta decisión tras meses de tensión dentro de Esquerra Republicana (ERC), el partido independentista catalán del que es miembro.
La relación entre Rovira y Junqueras, en entredicho
La dimisión de Sabrià se produce en un momento en el que ERC se encuentra inmersa en una profunda crisis interna. La lucha por el liderazgo del partido entre Marta Rovira, la secretaria general, y Oriol Junqueras, el expresidente de la Generalitat encarcelado, se ha intensificado en los últimos meses.
Sabrià, que está considerado afín a Rovira, ha acusado a Junqueras de precipitar su salida del partido con acusaciones falsas. Junqueras, por su parte, ha negado estas acusaciones y ha dicho que respeta la decisión de Sabrià.
Las diferencias entre los dos sectores republicanos
Las diferencias entre los dos sectores republicanos son profundas. Rovira representa un sector más moderado y dialogante, mientras que Junqueras encarna un sector más radical y confrontacional. Esta división se ha hecho más evidente en los últimos meses, a raíz de las negociaciones entre ERC y el PSC para explorar un pacto de investidura que lleve a Salvador Illa a la Generalitat.
Los partidarios de Rovira consideran que un acuerdo con el PSC es necesario para garantizar la estabilidad del gobierno catalán, mientras que los partidarios de Junqueras creen que sería una traición a los votantes independentistas. La decisión final sobre un posible pacto con el PSC se tomará en un congreso del partido que se celebrará en noviembre.
El futuro de Esquerra Republicana
La dimisión de Sabrià y la profunda división interna que atraviesa ERC ponen en peligro el futuro del partido. Si Rovira y Junqueras no logran llegar a un acuerdo, es posible que ERC se vea abocada a una escisión. Esta situación sería beneficiosa para el PSC, que podría capitalizar la división del independentismo catalán.