Los orangutanes han demostrado ser capaces de automedicarse consumiendo plantas con propiedades curativas y el caso de Rakus, un orangután de Sumatra macho, es el más complejo y mejor documentado hasta la fecha.

Así es como Rakus curó su herida

Rakus sufrió una herida en la cara, probablemente causada por un enfrentamiento con otro macho. Tres días después, fue visto arrancando hojas de una planta llamada Akar Kuning (Fibraurea tinctoria), masticándolas y aplicándose la pomada resultante en la herida.

La herida no dio muestra alguna de infección y a los cinco días ya aparecía como cerrada. El orangután aplicó la pomada sobre la herida y no sobre ninguna otra parte de su cuerpo, lo que sugiere que el comportamiento fue deliberado.

¿Cómo aprendió Rakus a automedicarse?

Los investigadores creen que Rakus pudo haber aprendido a automedicarse por innovación individual. Es posible que haya comido la planta por casualidad y que su jugo haya caído sobre una herida abierta, proporcionándole alivio del dolor. Esto pudo haberlo llevado a repetir el proceso hasta dominarlo.

¿Qué implica este descubrimiento?

El comportamiento de Rakus sugiere que la práctica de la medicina pudo haberse originado en un ancestro común a humanos y orangutanes. Los humanos también han utilizado plantas con propiedades medicinales para tratar heridas durante siglos, y este descubrimiento proporciona más evidencia de nuestra conexión con el mundo natural.

Rakus y los orangutanes en peligro de extinción

Rakus vive en la reserva de Suaq Balimbing, que alberga a 150 orangutanes de Sumatra, una especie en peligro crítico. La automedicación de Rakus es un recordatorio de la importancia de la conservación de los orangutanes y su hábitat.