La viralidad descontrolada: Un análisis de los retos en línea y sus consecuencias

En el vertiginoso mundo de las redes sociales, una nueva preocupación está emergiendo: los retos virales. Estas tendencias, que se propagan rápidamente a través de plataformas como TikTok, YouTube y Twitch, a menudo incitan a los usuarios a realizar acciones arriesgadas o peligrosas en busca de fama y reconocimiento en línea. Sin embargo, detrás de la aparente diversión, se esconde un lado oscuro de lesiones graves e incluso la muerte.

El atractivo de lo viral: ¿Por qué participan las personas?

Según Sabadú (2025), la presión social y el deseo de pertenencia juegan un papel fundamental en la participación en estos retos. Los jóvenes, en particular, son susceptibles a la influencia de sus pares y buscan validación a través de la participación en tendencias populares. Además, la promesa de fama instantánea y la posibilidad de volverse viral pueden ser irresistibles para aquellos que buscan reconocimiento en un mundo cada vez más conectado digitalmente. Tal como menciona Sabadú (2025), «Lo que antes se generaba en el patio del colegio o en los soportales del bloque, se quedaba entre los cafres habituales… Nuestras tonterías no las grababa nadie, y por tanto, tampoco había ninguna cámara de resonancia para que se hicieran más grandes».

El caso de «los tipofijos»: Una mirada a la decadencia en streaming

El artículo de El País (Sabadú, 2025) también expone el caso de Simón Pérez y Silvia Charro, conocidos como «los tipofijos», quienes están mendigando dinero en la plataforma Kick. Realizan retos propuestos por sus espectadores a cambio de donaciones, demostrando hasta qué punto algunas personas están dispuestas a llegar por obtener ganancias monetarias y atención en línea. «Habrán visto ustedes ya en qué estado se encuentran Simón Pérez y Silvia Charro, más conocidos como “los tipofijos”, que andan mendigando en Kick por dinero» (Sabadú, 2025).

Las consecuencias: Más allá de la diversión

Las consecuencias de estos retos virales pueden ser devastadoras. Lesiones físicas, problemas de salud mental e incluso la muerte son algunos de los riesgos asociados con la participación en actividades peligrosas en línea. Además, la normalización de comportamientos riesgosos en las redes sociales puede tener un impacto negativo en la sociedad en general, especialmente entre los jóvenes que son más vulnerables a la influencia de sus pares. La irresponsabilidad se vuelve un factor alarmante, tal y como se señala en El País (Sabadú, 2025): «Cuando nadie quiere ser adulto, nadie quiere hacerse responsable de nada, ni de sus propias decisiones, ni de las decisiones que hace tomar al que no está en plenitud de facultades».

Responsabilidad y prevención: ¿Qué se puede hacer?

Es fundamental que los padres, educadores y plataformas de redes sociales trabajen juntos para concienciar a los jóvenes sobre los peligros de los retos virales y promover un uso responsable de las redes sociales. La educación mediática, el fomento del pensamiento crítico y el establecimiento de límites claros en el uso de las redes sociales son herramientas clave para proteger a los jóvenes de los riesgos asociados con la viralidad descontrolada.

  • Educación: Enseñar a los jóvenes a evaluar críticamente el contenido que consumen en línea.
  • Diálogo: Fomentar la comunicación abierta entre padres e hijos sobre los riesgos de las redes sociales.
  • Regulación: Implementar políticas claras en las plataformas de redes sociales para prevenir la difusión de contenido peligroso.

Las empresas patrocinadoras también tienen una responsabilidad, según El País (Sabadú, 2025), de asegurarse que sus inversiones no estén promoviendo acciones peligrosas. «El día en el que se mate el mono, ni los contribuyentes ni las empresas patrocinadoras –—que las hay— admitirán que han sido ellos los que han apretado el gatillo» (Sabadú, 2025).

Un llamado a la reflexión

La viralidad no debe ser un objetivo a cualquier precio. Es hora de reflexionar sobre los valores que estamos promoviendo en las redes sociales y tomar medidas para proteger a los jóvenes de los riesgos asociados con la búsqueda de fama y reconocimiento en línea. La seguridad y el bienestar deben ser siempre la prioridad, por encima de la popularidad y la viralidad.

Las redes sociales, que comenzaron como una forma de acercar a las personas, se están convirtiendo en un arma de doble filo. Depende de nosotros, como sociedad, revertir esta tendencia y utilizarlas de manera responsable y constructiva.

«Hay gente a la que, por su posición en la escala social, no se le presupone ni la humanidad.»

Jimina Sabadú, El País, 2025