El solsticio de invierno marca un momento trascendental, un instante donde el cosmos parece detenerse para dar paso a una nueva etapa. Este fenómeno, registrado este 21 de diciembre, inaugura el invierno en el hemisferio norte y el verano en el sur, desplegando un período de cambios y energías renovadas.

Desde tiempos inmemoriales, las civilizaciones han celebrado estos solsticios como momentos de limpieza espiritual y renacimiento. Antiguas ceremonias se han perpetuado a lo largo de los siglos, desde el festival de Stonehenge en Gran Bretaña hasta los eventos en Chichen Itzá, México, ofreciendo oportunidades para conectar con la esencia cósmica.

Durante estos días, podemos utilizar el solsticio de diciembre como una puerta para cambiar la energía y limpiar nuestras rutinas de la "mala onda" y envidia que nos rodea. Para este ritual, preparamos un altar con una vela blanca para iluminar el camino y una vela violeta (o morada) para transmutar lo negativo. Junto a ellas, una copa de agua y un sahumerio de lavanda o limón.

Después de encender las velas, nos visualizamos envueltos en un aura blanca y agradecemos al Universo por permitirnos rodearnos de energía positiva. Al finalizar, expresamos: "Gracias, gracias, gracias".

Cuando las velas se apagan, vertemos el agua con la mano izquierda en una maceta o lugar con tierra.

El solsticio de verano simboliza el calor, las cosechas, la abundancia y la fertilidad. En plena temporada de Capricornio, estos tres días de solsticio albergan una energía disciplinada, responsable y con iniciativa, perfecta para pensar en nuestro futuro. Encendiendo una vela dorada (o amarilla) y usando un puñado de sal, canalizamos esta energía para establecer deseos y atraer la abundancia.

Encendemos la vela, repetimos en voz alta tres veces los deseos anotados en un papel y decimos "gracias, gracias, gracias".

Cuando la vela se apaga, vertemos la sal en una maceta o lugar con tierra y quemamos el papel.

En estas noches especiales, nos preparamos para recibir y manifestar nuevos deseos, abrazando la energía positiva que el Universo nos ofrece en este solsticio de invierno.