El pacto para destituir a la alcaldesa de Ripoll se rompe por presiones

El acuerdo entre los partidos de la oposición de Ripoll (Girona) para destituir a la alcaldesa de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, se dio por hecho este lunes. Aunque no se habían cerrado todos los flecos, las negociaciones avanzaban con buen ritmo y sin sobresaltos. Los partidos disponían de cierto margen de maniobra, ya que el plazo para presentar la moción de censura expiraba el 24 de febrero, pero ya habían coincidido en la necesidad de crear una alternativa estable y duradera.

El PSC había mostrado su disposición a entrar en el gobierno municipal junto a Junts y Esquerra, con el apoyo externo de la CUP. Las cuatro formaciones podían hacer valer su mayoría (9 de 17 concejales) en un ayuntamiento que Orriols gobierna en minoría (seis ediles y un 30% de los votos).

Presiones y cambio de rumbo

Sin embargo, todo cambió en pocas horas. El martes al mediodía, Junts anunció que no apoyaría el pacto. ¿Qué había ocurrido? Orriols, que también es diputada en el Parlament, parecía dar la batalla por perdida el lunes por la mañana. Solo le quedaba la presión en los medios y en las redes sociales. En Catalunya Ràdio, Orriols calificó el pacto de "golpe de Estado" perpetrado por "cuatro resentidos". En X, lanzó una amenaza directa al expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont: "Yo caeré en Ripoll, pero tú caerás en Cataluña".

Por la tarde, la periodista Pilar Rahola (persona muy cercana a Puigdemont) salió al rescate con un vídeo en El Nacional en el que advertía, en sintonía con Orriols, de un "pacto antinatura" y señalaba a la formación del expresidente: "¿Qué hace la gente de Junts o Esquerra votando con el PSC o la CUP? Dejen que gobierne, y si la gente de Ripoll considera que lo ha hecho mal, ya dejarán de votarla". Expulsarla de la alcaldía ahora, añadía Rahola, solo la reforzaría de cara a las elecciones de 2027.

El ambiente de la negociación en Ripoll se enrareció la tarde-noche del lunes. "Algún problema estaban teniendo en Junts", admite una fuente socialista conocedora de los encuentros. Los malos augurios también llegaron a oídos de Esquerra, hasta el punto de que el líder del partido, Oriol Junqueras, llamó al secretario general de Junts, Jordi Turull, para constatar unas dudas que no eran nuevas.

A la división interna sobre la conveniencia de apoyar la moción se sumaron los malos resultados de una encuesta entre vecinos de Ripoll que no parecían muy satisfechos con el movimiento del partido.

El papel de Puigdemont

La resolución del conflicto se precipitó el martes por la mañana. Aunque Puigdemont no se ha pronunciado públicamente sobre el asunto, Catalunya Ràdio difundió que el expresidente habría expresado sus reservas a la iniciativa. Ese presunto veto, junto a la presión creciente de sectores del independentismo en las redes sociales, han acabado decantando la balanza.

Cálculos electorales

El cálculo electoral ha tenido un peso determinante. Aliança Catalana, que ahora tiene dos diputados en el Parlament, representa una amenaza de futuro para Junts. Con un discurso extremo sobre el control de la inmigración, la formación ultra ha forzado a los herederos de Convergència a asumir, a su vez, postulados más intransigentes sobre esa materia, en una dinámica similar a la que ha seguido el PP con Vox en el conjunto de España.

El debate sobre los cordones sanitarios a la extrema derecha, además, está más vivo que nunca en Europa. Y las opiniones expresadas por personalidades del independentismo invitan a pensar que algo se ha movido. Hace unos días, el expresidente Artur Mas animó a Junts a "hablar" con Aliança porque "no existen los votos buenos y malos". Y Jordi Domingo, recién elegido presidente del Consell de la República —el órgano creado por Puigdemont tras su huida a Bélgica— ha asegurado en una reciente entrevista al diario Ara que no pondrá "ninguna línea roja" a la formación "porque la prioridad es la independencia".

Consecuencias

Aunque se conjura para combatir el "discurso del odio" y "derrotar en las urnas" a Orriols en 2027, lo cierto es que, con su decisión, Junts permite la aprobación de los presupuestos de la alcaldesa. Y facilita que siga implementando medidas que han generado tensión social y división en el pueblo, tal como los concejales de Junts en Ripoll no se han cansado de repetir en cada pleno.

Las dinámicas de partido sí parecen haber pesado más que la política local en un pueblo de 10.700 habitantes que lleva demasiado tiempo en el foco. Cuna de los jóvenes yihadistas que perpetraron los atentados de Barcelona y Cambrils en 2017, Ripoll se convirtió en el municipio más grande gobernado por Aliança Catalana en 2023. Orriols, que creció con un discurso islamófobo y victimista, reclamó gobernar. La oposición trató de impedírselo pero, como ahora, fracasó.

Declaraciones de los implicados

"Algún problema estaban teniendo en Junts", admite una fuente socialista conocedora de los encuentros.

"¿Qué hace la gente de Junts o Esquerra votando con el PSC o la CUP? Dejen que gobierne, y si la gente de Ripoll considera que lo ha hecho mal, ya dejarán de votarla", Pilar Rahola.

"No existen los votos buenos y malos", Artur Mas.

"No pondré ninguna línea roja" a Aliança Catalana, "porque la prioridad es la independencia", Jordi Domingo.