Salvador Illa y Pere Aragonès, en el foco de la campaña catalana

Salvador Illa, candidato del PSC, y Pere Aragonès, presidente de la Generalitat y candidato de ERC, protagonizan los ataques más duros de la campaña electoral catalana. Illa se ha mostrado sorprendido por la agresividad con la que le ha interrogado Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, mientras que Aragonès ha criticado la "comedia" del anuncio de Pedro Sánchez de que se queda tras cinco días de meditación.

Los socialistas necesitan el triunfo de Illa para avalar su política de distensión, pero también corren el riesgo de incomodar a ERC, un apoyo imprescindible para Sánchez. Por su parte, el independentismo debe demostrar que su contribución a la estabilidad del Ejecutivo no supone claudicar en sus exigencias, especialmente en el caso de ERC, que está bajo la lupa de Junts por su política pactista de la anterior legislatura.

Illa, que se presenta como una figura aglutinante y conciliadora, ha sido criticado por Matías Carnero, último candidato del PSC por Barcelona, por decir que Carles Puigdemont había huido de España "meado y cagado" en un maletero. Este ataque ha sido aprovechado por Aragonès para cuestionar los lamentos de Sánchez contra la "máquina del fango".

El electorado fronterizo, clave en la campaña

ERC destaca que su gran ventaja y su gran inconveniente es que tiene un electorado fronterizo con todos los demás partidos, excepto la derecha. La última encuesta del CEO, el instituto demoscópico público catalán, revela que Esquerra es la segunda opción para los votantes de PSC, Junts, Comuns Sumar y CUP, lo que significa que puede tanto quitarles votos como perderlos en su favor.

El CEO y el CIS coinciden en que la segunda opción del electorado de ERC es el PSC, ya que no todos los que votan a Aragonès pueden considerarse independentistas irreductibles. Uno de cada cuatro se declara "tan catalán como español", lo que representa una bolsa de electores que se disputan Illa y Aragonès, principalmente en el cinturón metropolitano de Barcelona.

Los socialistas, en busca del "atrapalotodo"

Los socialistas apelan a su potencial "atrapalotodo", ya que comparten fronteras con todos los partidos excepto CUP y Vox. "En julio nos votaron desde independentistas pata negra hasta antiguos electores de Ciudadanos", señala un destacado cargo socialista. El madrileño Sánchez ha conseguido hacer de Cataluña un reducto sanchista, con el 42% de los catalanes prefiriéndolo como presidente del Gobierno, cifra que se dispara al 55% entre los votantes de ERC y Junts.

Estas cifras explican los esfuerzos de Illa por presentarse como un candidato transversal, abierto a pactar con todo el mundo. En el primer debate electoral de TVE, no descartó a Junts, pese a la insistencia de Jéssica Albiach, líder de Comuns. Sin embargo, este viernes marcó más diferencias al manifestar que Carles Puigdemont "es bloqueo".

El PSC, la diana de los ataques

Los ataques más duros de Esquerra se concentran en el PSC y particularmente en Illa. Los socialistas rehúyen el choque, aconsejados por el contexto político general y el afán de Illa de presentarse como una figura aglutinante y conciliadora. En el Gobierno hasta se muestran comprensivos con la actitud de ERC, pero reconocen que "en campaña no hay amigos".

No ha sido fácil para los socialistas afianzar una relación estable con Esquerra, que contribuyó a tumbar el primer Gobierno monocolor de Sánchez al rechazar sus Presupuestos. En la investidura, ERC se abstuvo y al comienzo de la pandemia tampoco apoyó los estados de alarma. La relación parecía engrasada hasta que saltó el caso Pegasus, con el reconocimiento del CNI de que había intervenido el teléfono de Aragonès. Hoy, ERC es un aliado más fiable para el Gobierno que el imprevisible Junts, pero ha pagado su precio: en las generales de julio perdió 6 diputados.