Un taller con 3 generaciones de tradición artesanal

En el corazón de Toluca, en la delegación de Santa Cruz Azcapotzaltongo, se encuentra un taller artesanal que lleva tres generaciones iluminando el camino de los fieles difuntos durante la celebración del Día de Muertos.

Cirilo Araujo Martínez, con sus 30 años de experiencia, da vida a cientos de velas y cirios junto a su familia y un equipo de colaboradores, manteniendo viva una tradición que ha pasado de generación en generación.

Proceso minucioso y artesanal

El proceso de elaboración de las velas es completamente artesanal, sin la ayuda de maquinaria industrial. Cada vela comienza con un pabilo de algodón que se sumerge en cera líquida varias veces para conseguir el grosor deseado.

En el taller se producen velas y cirios de todos los tamaños y formas, desde pequeñas veladoras hasta grandes cirios pascuales. La cera utilizada es principalmente blanca o amarilla, siendo esta última la más demandada por su aroma y significado para los fieles difuntos.

Alta demanda en temporada

Para hacer frente a la alta demanda de velas y cirios durante la temporada de Día de Muertos, el taller comienza a preparar su inventario desde el mes de junio. En esta época, las velas de tres por un kilo y los cirios de un kilo son los más solicitados.

A pesar del aumento de los insumos, el taller mantiene sus precios accesibles para los clientes, adaptándose a la competencia del mercado.

Competencia artesanal en Toluca

Además del taller de Cirilo Araujo, existen otros 19 talleres artesanales de velas y cirios en Toluca que destacan durante la temporada de muertos. Los productos de estos talleres se pueden encontrar tanto en la capital mexiquense como en la central de abastos de Toluca.

La tradición de encender velas y cirios durante el Día de Muertos tiene un profundo significado para los fieles difuntos, ya que simboliza la luz y el camino que guía a las almas de regreso a sus hogares.

En Toluca, la tradición artesanal de elaboración de velas sigue viva gracias al trabajo de talleres como el de Cirilo Araujo, que durante generaciones han iluminado el camino de los seres queridos que se han ido.