Tama, la gata que salvó una estación de tren de la quiebra en Japón
En un pequeño pueblo de Japón, una gata callejera llamada Tama logró algo extraordinario: salvó una estación de tren de la bancarrota. Así es su conmovedora historia.
El comienzo de una leyenda
Tama comenzó su andadura en 2006, cuando vivía en la estación de Kishi, al borde del cierre por falta de pasajeros. El gerente de la estación decidió no expulsarla, a diferencia de otros gatos que habían sido desalojados.
En un giro inesperado, Tama fue adoptada oficialmente por la estación, marcando el inicio de su legado.
Maestra de estación
En 2007, Tama recibió el título oficial de Maestra de Estación, convirtiéndose en la mascota y el rostro de la estación. Su función era simple pero efectiva: saludar a los pasajeros a cambio de golosinas.
Ese mismo año, el número de viajeros en la estación aumentó un 17%. La popularidad de Tama creció, y la gente comenzó a comprar souvenirs con su imagen, impulsando así la economía local.
Supermaestra de estación
En una emotiva ceremonia, Tama fue ascendida a Supermaestra de Estación, un evento al que asistieron 300 personas. Su éxito no solo revitalizó la estación de tren, sino que también la convirtió en un símbolo de esperanza y perseverancia.
Legado duradero
Tama falleció en 2015 a los 16 años, pero su legado perdura. Otros gatos han tomado su lugar, siguiendo su ejemplo y manteniendo la magia que creó en la estación Kishi.
La historia de Tama es un testimonio del poder de los animales y una lección sobre cómo una pequeña acción puede cambiar el destino de una comunidad.