Tarragona se ha convertido en la capital mundial de los murciélagos. La ciudad mediterránea, conocida como la "Gotham" de los quirópteros, acoge desde hoy el 16º Congreso Europeo sobre estos fascinantes animales, a menudo incomprendidos y vilipendiados. Más de 400 expertos mundiales en murciélagos, procedentes de 45 países, se reúnen en un encuentro trienal de prestigio internacional, el European Bat Research Symposium (EBRS), para compartir sus últimas investigaciones y descubrimientos sobre estas criaturas consideradas excelentes bioindicadores y controladores de plagas de insectos, además de imprescindibles para la dispersión de semillas.
Bioindicadores y controladores de plagas
El congreso, que subraya la necesidad de preservar a los murciélagos, se desarrolla hasta el sábado en el Palacio de Congresos de Tarragona. Durante el evento, se presentarán 172 conferencias y un centenar de comunicaciones, así como talleres, mesas redondas y excursiones temáticas. Los asuntos a tratar incluyen la ecología de los murciélagos, su comportamiento, su fisiología y genética, sus hábitats y la conservación de las distintas especies. En la actualidad, existen unas 1.400 especies de murciélagos, lo que representa el 20% de todas las especies de mamíferos, superadas únicamente por los roedores, con el doble de especies.
Investigaciones punteras
Entre los participantes en el congreso se encuentran auténticos "Batmans" y "Batwomans", como la investigadora de la Universidad de Berlín Tanja M. Straka, especializada en murciélagos urbanos; la búlgara Stanimira Deleva, que estudia la ecología de los murciélagos en cuevas; el gran experto italiano en murciélagos mediterráneos Danilo Russo, o el especialista en murciélagos fósiles Tim Ritbergen, de Países Bajos.
Uno de los principales focos de investigación en el congreso es el papel de los murciélagos en los ecosistemas, como vectores de control de plagas. "Son grandes depredadores de insectos, y es crucial entender qué pasaría si los perdiéramos", afirma Carles Flaquer, doctor en biología por la UAB y miembro del comité organizador del 16º EBRS. "Los murciélagos son una alternativa ecológica a los pesticidas. Debemos protegerlos. Por ejemplo, se ha demostrado que son grandes destructores de la mariposa plaga del arroz, ofreciendo un servicio ecológico enorme".
Incomprensión y mala fama
A pesar de su importancia ecológica, los murciélagos siguen siendo objeto de incomprensión y mala fama. "Los investigadores luchamos contra una cultura muy extendida que los negativiza y teme", reflexiona Flaquer. "Esta actitud está relacionada con su naturaleza nocturna, que tradicionalmente asociamos a la oscuridad y a los miedos ancestrales que nos provoca. Estos temores han alimentado numerosas leyendas y mitos de terror, como Drácula. Combatir esta incomprensión es una de nuestras tareas".
A lo largo de la historia, los murciélagos han sido maltratados y perseguidos cruelmente en muchos lugares del mundo. "Se les arrojaba al fuego para que renegaran del diablo", recuerda Flaquer. De las 1.400 especies de murciélagos, solo 3 son hematófagas (chupan sangre) y generalmente lo hacen de aves, no de humanos. Uno de los temores más comunes, que un murciélago se enrede en el cabello, es absurdo: los murciélagos no chocan nunca.
El encanto de los murciélagos
A pesar de su mala fama, los murciélagos son animales fascinantes. Son capaces de alcanzar las 700 pulsaciones por minuto y bajar a 8, o de devorar en una noche la mitad de su peso en insectos. Además, poseen una extraordinaria adaptación al vuelo (son los únicos mamíferos que vuelan) y a la vida nocturna, gracias a su sistema de ecolocalización, similar al radar o al sonar biológico, que les permite "ver" con las orejas.
Flaquer no se preocupa por ser asociado con Batman, aunque prefiere el apelativo de "Bat Worker", que se da a los científicos especializados en murciélagos en Europa. "Aquí, todavía hay gente que te pregunta de qué trabajas realmente, no pueden creer que estudiar murciélagos sea una actividad científica y una profesión", comenta Flaquer. El congreso puede ayudar a paliar el desconocimiento no solo sobre los murciélagos, sino también sobre quienes los estudian.