Tercera marcha federal universitaria: las exigencias del sector

En el marco de la compleja situación presupuestaria que atraviesan las universidades nacionales, la Asamblea Interfacultades resolvió convocar a una tercera Marcha Federal Universitaria para el próximo 12 de noviembre. Esta movilización nace como una continuidad de las protestas que se vienen realizando tras el veto a la ley de Financiamiento Universitario.

Las demandas de los universitarios

Los estudiantes universitarios exigen un mayor presupuesto para las universidades, el aumento de las becas y la mejora de las condiciones de estudio. Argumentan que los sucesivos recortes presupuestarios han afectado gravemente el funcionamiento de las instituciones y han dificultado el acceso a la educación superior para muchos jóvenes.

Además, los universitarios rechazan las auditorías que el Gobierno nacional está realizando a las universidades. Consideran que estas auditorías son una forma de intervención en la autonomía universitaria y que tienen como objetivo controlar lo que se enseña y se aprende en las universidades.

Las próximas acciones

En los próximos días, la medida de la marcha federal universitaria será debatida y aprobada por universidades de todo el país. Además, los estudiantes tienen previsto realizar un corte de calles en el Obelisco el 1 de noviembre y una movilización a la Plaza de Mayo y a la sede de la Confederación General del Trabajo (CGT) para pedirles que se convoque a un paro nacional el día de la marcha.

También se realizará una reunión el 5 de noviembre en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, donde participarán centros de estudiantes y gremios docentes y no docentes de todo el país, para organizar la tercera movilización universitaria federal.

El contexto

Las protestas universitarias se producen en un contexto de crisis económica y ajustes presupuestarios que está afectando a todo el país. El Gobierno nacional ha recortado el presupuesto de las universidades en los últimos años, lo que ha generado una fuerte oposición por parte de los estudiantes y docentes.

La situación presupuestaria de las universidades es cada vez más crítica. Muchas universidades han tenido que suspender o reducir programas académicos, recortar personal y aumentar las cuotas para los estudiantes. Esto ha dificultado el acceso a la educación superior para muchos jóvenes y ha afectado la calidad de la enseñanza.