Causas de la amenaza

El cambio climático y las actividades humanas en tierra y mar están degradando los ecosistemas costeros, poniendo en peligro los servicios esenciales y aumentando el riesgo de extinción para la fauna marina. Para enfrentar estas amenazas, es crucial comprender la magnitud y ubicación de los factores de estrés provocados por el hombre en los ecosistemas marinos.

Especies marinas vulnerables

Investigadores del Centro Nacional de Análisis y Síntesis Ecológicos de la Universidad de California en Santa Bárbara, en colaboración con científicos del Centro de Investigación Marina y Alimentaria (AZTI) de España, así como de Australia y Alemania, analizaron el impacto de las actividades humanas en más de 21.159 especies marinas. Consideraron la exposición y vulnerabilidad de las especies a factores de estrés como la pesca, el transporte marítimo y las amenazas terrestres.

El estudio reveló que los corales son el grupo marino más amenazado, seguidos de moluscos (como calamares y pulpos), equinodermos (como estrellas y erizos de mar) y crustáceos (como camarones, cangrejos y langostas).

Zonas costeras en riesgo

Las zonas costeras enfrentan un impacto particularmente severo del cambio climático, especialmente en el Indo-Pacífico, el Atlántico tropical, el Pacífico oriental, el Pacífico sur y el océano Antártico. La biodiversidad en estas áreas está bajo una amenaza mucho mayor de lo que se estimaba anteriormente.

Factores de estrés humano

El estudio encontró que los efectos del cambio climático, como el aumento de la temperatura de la superficie del mar y la acidificación de los océanos, superan a otros factores de estrés de origen humano, como la pesca. Estos factores climáticos representan una amenaza significativa para la fauna marina en todos los ecosistemas estudiados.

Acciones de conservación

Los hallazgos del estudio brindan información valiosa sobre las especies y hábitats en peligro, guiando los esfuerzos de conservación. Los investigadores instan a combinar estos datos con información socioeconómica para priorizar acciones de conservación efectivas, rentables y socialmente justas que beneficien tanto a la naturaleza como a las personas.

Protecciones marinas

Si bien las protecciones generales como las reservas marinas exclusivas son valiosas para conservar la biodiversidad marina, pueden plantear desafíos económicos y generar oposición. Los investigadores sugieren intervenciones específicas, como restricciones en los métodos de pesca, prácticas agrícolas mejoradas para reducir la escorrentía de nutrientes e incentivos para reducir la velocidad de navegación.

Conclusión

El estudio destaca la urgente necesidad de abordar el impacto humano en los ecosistemas marinos y proteger la biodiversidad marina. Al comprender las amenazas y trabajar juntos, podemos tomar medidas informadas para garantizar la supervivencia de estas especies cruciales y los hábitats que respaldan.