El trauma intergeneracional: Un estudio revela cómo las cicatrices del pasado se transmiten a través del ADN
El impacto biológico de la violencia
La antropóloga Catherine Panter-Brick, de la Universidad de Yale, explica que «nuestro estudio documenta cómo el estrés y la violencia están dejando huellas en el cuerpo». Este hallazgo representa la primera evidencia concreta de que la violencia tiene la capacidad de modificar el genoma humano y persistir en las generaciones futuras. El equipo de investigación examinó 850,000 sitios de metilación del ADN, un proceso que modifica la expresión genética sin alterar la secuencia del ADN. En madres e hijos expuestos a la violencia, se identificaron 21 sitios con marcas epigenéticas alteradas. Además, en los nietos de mujeres que sobrevivieron a la masacre de Hama en los años 80, se encontraron modificaciones en 14 regiones del genoma.
Envejecimiento celular acelerado
Un hallazgo particularmente preocupante es que aquellos expuestos a la violencia mientras estaban en el vientre materno parecían envejecer más rápido a nivel celular. Si bien aún no se comprenden completamente las implicaciones de estos cambios en la salud, los científicos advierten que podrían influir en el desarrollo de enfermedades o trastornos a lo largo de la vida. Esta observación subraya la importancia de brindar apoyo y atención a las mujeres embarazadas en zonas de conflicto, ya que su bienestar tiene un impacto directo en la salud de sus hijos y las generaciones futuras.
La voz de las víctimas
Implicaciones para el futuro
Posibles aplicaciones del estudio
- Comprensión de los ciclos intergeneracionales de trauma.
- Desarrollo de intervenciones para mitigar los efectos del trauma.
- Mejora de las políticas públicas para apoyar a las víctimas de la violencia.