Sospechas de purgas y áreas desconectadas en la convulsionada Agencia Federal de Inteligencia
La reciente salida de Silvestre Sívori, quien fue expulsado junto con su jefe político Nicolás Posse, en medio de sospechas de espionaje interno, ha generado una sensación de descontrol y acefalía en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Este panorama se ve agravado por la inminente llegada de un nuevo "Señor 5", cuyo perfil ha comenzado a circular en las últimas horas.
Ayer, el virtual número dos de la AFI, Celestino Mosteirin, realizó una ronda de despedidas junto con toda la cúpula de exmilitares que Posse y Sívori habían designado en los principales cargos de la central de inteligencia.
Reuniones de exmilitares y rumores de purgas
Algunos exmilitares resisten, escondidos en la incertidumbre, mientras que otros esperan ser convocados nuevamente cuando se oficialice la llegada de Sergio Neiffert como el nuevo "Señor 5".
Este grupo de exmilitares se reunió con Neiffert para presentarle un diagnóstico del calamitoso estado de la AFI, argumentando que es necesario depurarla de militantes y sumando que ya no queda personal con experiencia en inteligencia.
Sin embargo, espías más experimentados dudan de la capacidad de los militares para incursionar en el terreno de la inteligencia. "En picada hace 9 años", lamentó un agente, prediciendo que los nuevos funcionarios siempre logran ser peores que los anteriores.
El potencial "Señor 5" y su inusual currículum
Sergio Neiffert, el potencial futuro "Señor 5", llama la atención por su inusual currículum para encabezar la AFI. Su experiencia incluye roles como tesorero y vicepresidente del Consejo Escolar de Malvinas Argentinas, producciones gráficas y televisivas, y un paso por el Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires.
En el Gobierno creen que, debido a su conocimiento del conurbano bonaerense, Neiffert podría monitorear los movimientos que requieran recopilar información sobre focos eventualmente problemáticos.
Manejo de fondos y posibles conspiraciones
La ruptura de Posse con Javier Milei tuvo sospechas de espionaje dentro del Gabinete, mientras que dentro de la AFI se menciona el manejo de los fondos y una supuesta conspiración entre Posse y la vicepresidenta Victoria Villarruel.
Esta vinculación tiene relación con los militares retirados Claudio Gallardo y Alejandro Perichon, asesores de la vicepresidenta, quienes estuvieron involucrados en la Dirección de Inteligencia y en la Jefatura de Gabinete.
Toda esta trama revela una coincidencia vinculada al caso de los alimentos almacenados a punto de vencer de Capital Humano, que dañó la reputación de Sandra Pettovello. Posse estaba al tanto de las contrataciones tercerizadas, pero no por espionaje, sino por la Jefatura de Gabinete.