Un descuidado al volante, un choque y la locura de manejar alcoholizado

En plenas horas pico de este domingo 26 de mayo, un accidente a metros de la avenida 9 de Julio sacude al microcentro porteño. Un Renault Megane, que según testigos circulaba a contramano por la avenida Belgrano, chocó de frente contra una Citroën Berlingo.

El horror: un conductor ebrio al volante

A raíz del impacto, una mujer que viajaba como acompañante en el Megane resultó herida, aunque su vida no corre peligro. Sin embargo, lo que más llamó la atención de las autoridades policiales fue el resultado del test de alcoholemia al conductor del vehículo: 145 gramos de alcohol en sangre. Una cifra altísima que demuestra la irresponsabilidad y el peligro al que expuso no solo a su acompañante, sino a todos los demás conductores y transeúntes que circulaban por la zona.

Milagro, no hubo víctimas fatales

A pesar de la gravedad del choque y el estado de embriaguez del conductor, las autoridades celebran que no haya víctimas fatales. El personal de la División Avenidas Cédricas, que arribó rápidamente al lugar del siniestro, confirmó que el conductor del Megane quedó demorado. Por su parte, la acompañante herida fue trasladada al Hospital Argerich, donde recibió atención por politraumatismos.

Responsabilidad y conciencia al volante

Este accidente es un claro ejemplo de las consecuencias nefastas de conducir bajo los efectos del alcohol. El consumo de bebidas alcohólicas disminuye los reflejos, nubla el juicio y aumenta el riesgo de accidentes. Conducir alcoholizado no sólo pone en peligro la vida propia, sino también la de los demás. Es imprescindible tomar conciencia de la importancia de la responsabilidad al volante y optar siempre por alternativas seguras cuando se consume alcohol.

### Medidas para evitar tragedias viales

Para evitar tragedias como la ocurrida en el microcentro porteño, es fundamental reforzar las medidas de prevención y control de alcoholemia al volante. Es necesario intensificar los operativos policiales, implementar campañas de concientización y aplicar sanciones más severas a quienes conducen bajo los efectos del alcohol.

También es importante promover el uso de transporte público, taxis o aplicaciones de movilidad para quienes hayan consumido alcohol y no puedan conducir. Además, es esencial fomentar la responsabilidad individual y recordar que cada uno es responsable de sus actos y de las consecuencias que estos puedan tener.

Solo trabajando en conjunto y tomando conciencia de la gravedad de conducir alcoholizado, podremos evitar tragedias viales y garantizar la seguridad de todos en las calles.