Un campamento improvisado para 300 mascotas rescatadas tras la DANA

El Sporting Benimaclet, un club deportivo local, ha levantado un espacio donde se gestiona la adopción de animales localizados en las poblaciones perjudicadas por la riada.

La rapidez, una constante

El campo de tierra del Sporting Benimaclet es un lugar donde cada minuto cuenta para rescatar y gestionar una nueva vida para cientos de animales afectados por la DANA. Perros, gatos y hasta tortugas son trasladados a este espacio al norte de Valencia después de ser rescatados en las poblaciones damnificadas.

La mayoría de los animales están enfermos, nerviosos, famélicos y desorientados. Los más afortunados llegan con sus dueños, quienes, devastados por haber perdido sus viviendas, pueden dejar a sus mascotas en el campamento de forma temporal.

Los voluntarios, que se cuentan por centenares en la zona, trabajan para que cada animal que ingrese duerma en una nueva casa esa misma noche.

Gestiones para la adopción

Sandra Cervera, una de las encargadas de gestionar el campamento, explica que el seguimiento de cada animal es su prioridad. Primero, dirigen los rescates con equipos de voluntarios que acceden a las zonas afectadas para dar con mascotas reportadas por vecinos.

Los veterinarios profesionales juegan un papel crucial en la identificación y evaluación de los animales. El riesgo es otra constante, ya que algunos animales llegan en pésimas condiciones de salud.

Los voluntarios pasean a los perros que ya han pasado el chequeo médico, tranquilizándolos y haciéndoles compañía mientras encuentran una familia temporal. También hay carpas dedicadas a tramitar las adopciones temporales.

Carolina Ugarte, responsable de comunicaciones, destaca que han creado un "Tinder para perros y personas", con carpas para anotar potenciales adoptantes, entrevistas y firmas de documentación.

Casos conmovedores

José López ha traído a su perro Ares desde Paiporta, ya que su apartamento ha quedado destruido por la catástrofe. Con lágrimas en los ojos, promete que volverá por él en un mes.

Andrea y Brian, una pareja peruana, acogieron a una perrita llamada Ada, pero su alegría duró poco cuando su verdadera dueña, Aimara, la reconoció.

Trabajo incesante

Alba Arévalo, vicepresidenta del club deportivo, resalta que han ido aprendiendo sobre la marcha. Han ayudado a encontrar nuevos hogares no solo a perros y gatos, sino también a gallinas, patos, caballos, hurones y hasta avestruces.

El trabajo continúa pese a la falta de luz en las carpas. Los voluntarios siguen trabajando con la luz de sus móviles, gracias a la ayuda de vecinos y veterinarios profesionales.

Miranda Fernández, de 24 años, será la nueva dueña de un cruce de pastor alemán. Expresa su alegría por encontrar una forma de ayudar, ya que no podía ir físicamente a apoyar al pueblo afectado.

El campamento es un testimonio del esfuerzo conjunto para brindar esperanza y un nuevo hogar a los animales afectados por la DANA.