El futuro de ERC está en juego en la consulta sobre el acuerdo con el PSC
Unos 8.500 militantes de Esquerra Republicana están llamados a votar este viernes en una consulta que decidirá el futuro del partido. Las bases de la formación independentista tienen en sus manos avalar el acuerdo que permitiría investir al socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat, a cambio de una larga serie de contrapartidas que incluyen alcanzar un modelo de autonomía fiscal similar al concierto vasco, que le permitiría recaudar y gestionar impuestos estatales. Se trata de una reforma que depende de inciertas mayorías en el Congreso y que ya ha chocado con el rechazo de barones territoriales tanto del PSOE como del PP y de Junts per Catalunya.
El acuerdo abre una nueva etapa en la política catalana
La elección de Illa no solo implica el regreso del PSC a la presidencia del Govern tras 14 años en la oposición; significa enterrar de manera definitiva la división en bloques que marcó la política durante el procés. Mientras el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defiende un paso atrevido hacia una España federal, la líder de ERC, Marta Rovira, ve un escalón más para la independencia. La moneda está en el aire.
Las bases de ERC están divididas
A las 13.00 horas de este viernes, casi la mitad de las bases de los republicanos habían votado ya en la consulta. "Nos jugamos el futuro de ERC, es una encrucijada entre darle la estocada final a que la lucha por la independencia sea la prioridad y concretar el viraje de la actual dirección a ubicarnos en el eje derecha-izquierda", asegura Xavier Martínez —en contra de apoyar el pacto—, militante de base y portavoz de la plataforma crítica 1 de Octubre. Ivan Faccia, militante de Cunit (Tarragona), es defensor del acuerdo: "Esto no va de la confianza en que los socialistas cumplan, sino de nuestra autoconfianza en que tenemos la fuerza para condicionar y arrastrar [a los socialistas] a que cumplan con un pacto que es bueno para el país, más allá de las simpatías políticas", apunta.
El acuerdo incluye importantes contrapartidas para Cataluña
El acuerdo anunciado el lunes muestra un compromiso de conseguir a largo plazo el desarrollo de un sistema fiscal en el que la Generalitat controle la gestión, la recaudación y la inspección de todos los impuestos que se pagan en Cataluña. Pero más a corto y medio plazo se fija sobre todo dos objetivos. Estrenarse en ese camino con el control del impuesto de la renta a partir de 2026 y asegurarse lo antes posible lo que los técnicos denominan el principio de ordinalidad, o lo que es lo mismo, que ninguna autonomía pueda superar a otra en recursos per cápita una vez se aplican los mecanismos de solidaridad.
La consulta decidirá el futuro de ERC
La consulta terminará a las siete de la tarde y corona una semana de infarto. Hace tan solo ocho días, las negociaciones entre ambas partes pendían de un hilo por el desacuerdo sobre las "garantías de cumplimiento". El pasado lunes, la Ejecutiva de ERC, tras una maratónica jornada de casi 12 horas, dio su bendición a las 25 páginas de acuerdo y se lanzó a explicar su contenido a unas bases muy exaltadas. A su tradicional alergia a pactar con los socialistas, la dirección republicana se enfrenta ahora a contrarrestar la desconfianza hacia sí misma, generada tras la gestión que ha hecho la cúpula en la pugna interna por el liderazgo y del escándalo por ataques a los hermanos Maragall.
El acuerdo con el PSC es un paso atrevido hacia una España federal
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido en varias ocasiones el acuerdo con ERC como un paso atrevido hacia una España federal. "Este acuerdo es un paso más en la construcción de una España federal, una España en la que todas las voces sean escuchadas y todas las sensibilidades tengan cabida", ha afirmado Sánchez. El acuerdo ha sido bien recibido por algunos sectores del PSOE, que ven en él una oportunidad para recuperar la presidencia de la Generalitat después de 14 años en la oposición. Sin embargo, también ha generado críticas por parte de algunos sectores del PSC, que consideran que el acuerdo es demasiado generoso con ERC y que puede debilitar la posición del PSC en Cataluña.
El acuerdo abre un nuevo capítulo en la relación entre ERC y el PSC
El acuerdo entre ERC y el PSC abre un nuevo capítulo en la relación entre ambos partidos. Históricamente, ERC y el PSC han sido rivales políticos, pero el acuerdo de este viernes supone un cambio de rumbo en sus relaciones. El acuerdo muestra la voluntad de ambos partidos de trabajar juntos para encontrar soluciones a los problemas de Cataluña. Sin embargo, también está por ver si el acuerdo será capaz de resistir las presiones de los sectores más radicales de ambos partidos.