En Usansolo, el municipio más joven de España, con apenas 4.500 habitantes, se vive una auténtica rebelión vecinal contra la llegada del metro, una infraestructura que, en principio, es muy apreciada por los residentes de cualquier localidad. La razón es que los vecinos de este municipio vasco consideran que la construcción de una estación de metro en su pueblo traería consigo más perjuicios que beneficios, convirtiendo sus calles en un "aparcamiento disuasorio".

La voz de los vecinos

"Nosotros estamos muy contentos con la estación del tren de cercanías que tenemos", afirma Jon Atxutegi, un abogado de 32 años y portavoz de la plataforma ciudadana Geltokia Erdigunean, que lucha contra la llegada del metro a Usansolo. "Con lo que tenemos, nos basta".

Para los vecinos, la principal preocupación es que la estación de metro, que se construiría junto al hospital comarcal, estaría alejada del centro urbano, lo que obligaría a los residentes a utilizar vehículos privados para llegar a ella. Esto, a su vez, aumentaría el tráfico y la contaminación en el municipio.

Además, los vecinos temen que la llegada del metro encarezca el precio de la vivienda y los impuestos locales, y que deteriore su calidad de vida. "No queremos que Usansolo se convierta en un barrio dormitorio de Bilbao", afirma Atxutegi.

El proyecto del Gobierno vasco

El Gobierno vasco, por su parte, defiende la construcción de la estación de metro como una infraestructura necesaria para mejorar la movilidad y la sostenibilidad en la zona. Según los estudios técnicos, la estación estaría situada en el lugar más adecuado para dar servicio a la población y tendría un impacto mínimo en el tráfico.

El Gobierno también asegura que la llegada del metro traería consigo beneficios económicos para Usansolo, ya que atraería a nuevos negocios y crearía nuevos puestos de trabajo.

El debate está servido

El debate sobre la estación de metro de Usansolo está servido. Los vecinos se muestran firmes en su oposición al proyecto, mientras que el Gobierno vasco defiende su necesidad. Habrá que ver cuál de las dos partes consigue imponer su voluntad.

Mientras tanto, los vecinos de Usansolo siguen movilizándose contra la llegada del metro. Han organizado manifestaciones, recogido firmas y han presentado alegaciones al proyecto. También han creado la plataforma Geltokia Erdigunean, que cuenta con el apoyo de todos los partidos de la oposición en el Ayuntamiento.

El Gobierno vasco, por su parte, se muestra dispuesto a negociar con los vecinos, pero no está dispuesto a renunciar al proyecto de la estación de metro. Está convencido de que es una infraestructura necesaria para el desarrollo de Usansolo y de toda la comarca.

¿Quién ganará esta batalla? El tiempo lo dirá.

**Fuentes:**

* El País * Deia * EITB