Vic y Badia: dos ciudades, dos realidades
Separadas por 60 kilómetros de carretera, Vic y Badia del Vallès son dos ciudades que representan realidades muy diferentes de Cataluña. Mientras que Vic es un referente del independentismo catalán, Badia es un bastión del constitucionalismo.
En Vic, el 77% de los votos en las elecciones autonómicas de 2021 fueron para partidos independentistas. El casco histórico de la ciudad está repleto de símbolos independentistas, y la plaza Mayor es el epicentro de las protestas y manifestaciones a favor de la secesión.
La llama del independentismo se mantiene viva en Vic
A pesar del desgaste que ha sufrido el movimiento independentista en los últimos años, la llama del independentismo sigue viva en Vic. El alcalde de la ciudad, Albert Castells, asegura que los independentistas no han dejado de serlo, aunque reconocen que hay una parte de la población que se ha cansado de la falta de unidad entre los políticos.
Badia: un bastión del constitucionalismo
En Badia del Vallès, la situación es muy diferente. En las últimas elecciones autonómicas, el 75% de los votos fueron para partidos constitucionalistas. La ciudad, que fue fundada en los años setenta como un polígono de viviendas, está habitada en gran parte por inmigrantes procedentes de otras regiones de España.
El sentimiento constitucionalista de Badia se remonta a los orígenes de la ciudad. Los vecinos de Badia siempre se han sentido marginados por el independentismo, que los ha identificado como "charnegos" y ha ninguneado sus raíces culturales.
El trauma del procés
El procés independentista catalán ha dejado una profunda huella en ambas ciudades. En Vic, ha exacerbado el sentimiento independentista, mientras que en Badia ha reforzado el constitucionalismo.
Sin embargo, ambas ciudades parecen haber superado el trauma del procés. En Vic, los símbolos independentistas ya no son tan visibles como antes, y en Badia, las rojigualdas han desaparecido de las ventanas.
Las preocupaciones de los vecinos
En la actualidad, las preocupaciones de los vecinos de Vic y Badia son otras. En Vic, el alcalde Castells asegura que la independencia sigue siendo la solución a los problemas de Cataluña, pero reconoce que hay otras cuestiones que también preocupan a los ciudadanos, como la inmigración y la lengua catalana.
En Badia, la principal preocupación de los vecinos es el amianto que contienen los edificios de la ciudad. La prohibición de alquilar las viviendas ha hecho que muchos de los vecinos que compraron pisos en Badia en los años setenta sigan viviendo allí, a pesar de que los edificios están muy deteriorados.
Vic y Badia del Vallès son dos ciudades que representan dos realidades muy diferentes de Cataluña. Sin embargo, ambas comparten un mismo deseo: vivir en una sociedad mejor.