El país nipón enfrenta una tragedia desgarradora con un terremoto de 7,6 grados que sacudió Noto, en Ishikawa, generando alertas de tsunami, cortes de energía y dejando a personas atrapadas bajo escombros. La catástrofe ocurrió durante la festividad de Año Nuevo, marcando un día que pronto se convertiría en pesadilla.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) reportó un terremoto de magnitud 7,5, mientras que la agencia meteorológica japonesa lo situó en 7,6. Este seísmo fue parte de una serie de más de 50 temblores de magnitud significativa durante varias horas.
El peligro de tsunamis de hasta cinco metros llevó a la Agencia Meteorológica de Japón a emitir alertas en varias prefecturas, aunque finalmente se registraron olas de menor altura. El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico de EE.UU. declaró que el riesgo había disminuido significativamente horas después del terremoto.
El terremoto no solo afectó a Japón, sino que también generó alertas en regiones como Rusia y Corea del Sur, donde se advirtió sobre el aumento del nivel del mar. Las ciudades costeras se mantuvieron en alerta máxima por el potencial peligro de las olas.
Miles de hogares se quedaron sin electricid
El gobierno movilizó esfuerzos de rescate mientras evaluaba el alcance de los daños. Aunque las centrales nucleares no informaron anomalías graves, los recuerdos del desastre de Fukushima en 2011 se avivan, desencadenando preocupaciones sobre la seguridad de estas instalaciones ante un desastre natural.