Violencia y adicciones, un binomio que se agrava en España: más víctimas de violencia de género consumen sustancias
Según datos del Consejo General del Poder Judicial, el número de víctimas de violencia de género por cada 10.000 mujeres en España es de 79,4, lo que supone un aumento de 6,5 puntos porcentuales respecto al año anterior. En total, 194.658 mujeres han sido víctimas de violencia de género en 2023, una cifra que se traduce en 533 mujeres cada día. A este alarmante dato se suma el aumento del 22% en el número de mujeres atendidas por adicciones en España, según la Red de Atención a las Adicciones (UNAD).
El aumento del consumo de sustancias entre las víctimas de violencia de género es un problema que afecta en mayor medida a las mujeres, según un informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE). Este informe señala que las mujeres son más propensas a la drogodependencia y al abuso de narcóticos y ansiolíticos.
El Ministerio de Igualdad y el Ministerio de Sanidad se han unido para abordar esta problemática, que afecta a una de cada tres mujeres que ha sufrido violencia física o sexual. Además, el Plan Nacional Sobre Drogas afirma que el 24,5% de las mujeres que han consumido alguna sustancia han recurrido a los medicamentos como solución a los problemas de violencia de género con sus parejas actuales.
En este contexto surge el Programa Nara, una iniciativa de la Fundación Emet Arcoíris que se desarrolla en la Comunidad Terapéutica La Muela, en Córdoba. Este programa está dirigido a mujeres que sufren violencia de género y que, además, tienen un problema de adicción. El programa ha sido financiado gracias a la XI Convocatoria de Ayudas a Proyectos de Acción Social de la Fundación Mutua Madrileña.
El Programa Nara: una respuesta integral a un problema complejo
El Programa Nara aborda el problema de la violencia de género y las adicciones desde un enfoque multidisciplinar. Este enfoque incluye una intervención educativa, una intervención médica y una intervención social.
La intervención educativa se centra en ayudar a las mujeres a recuperar los hábitos saludables que han perdido y a mejorar su autoestima y estado de ánimo. Esta intervención se lleva a cabo a través de horarios y responsabilidades muy marcadas, así como intervenciones grupales y talleres en los que se abordan la perspectiva de género y el problema de la adicción.
La intervención médica se centra en la estabilización emocional de las mujeres. Muchas de estas mujeres llegan al programa con problemas físicos y psicológicos derivados de la violencia que han sufrido. La intervención médica incluye atención médica, psicológica y psiquiátrica.
La intervención social se centra en poner a las mujeres en contacto con los recursos externos que necesitan. Esta intervención incluye el apoyo de trabajadoras sociales, psicólogas y abogadas.
El Programa Nara también ofrece la posibilidad de entrar en el programa con hasta dos niños, lo que supone un aliciente para las madres a la hora de tratar su adicción. Esta medida ha tenido consecuencias muy positivas, ya que ha permitido a las mujeres compartir la crianza de sus hijos y mejorar su vínculo afectivo.
Los efectos del Programa Nara
El Programa Nara ha tenido un impacto muy positivo en las mujeres que han participado en él. Los efectos principales del programa son la mejora de la seguridad, la decisión y la autoestima de las mujeres. El programa también ha contribuido a reducir el consumo de sustancias y a mejorar la salud física y mental de las mujeres.
Al concluir el programa, las trabajadoras de Nara continúan apoyando a las mujeres en su proceso de reinserción social. Este apoyo incluye la ayuda para encontrar trabajo, vivienda y atención sanitaria.