Desfinanciación y aplazamientos: trabajar juntos, no imponer

La financiación del Metro de Bogotá, la primera línea de metro de la capital colombiana, enfrenta un déficit de 7,6 billones de pesos (USD 1.600 millones), según un informe de la Contraloría General de Bogotá. El proyecto, que inicialmente se esperaba que estuviera listo en 2028, ahora se prevé que se complete en 2030.

La Contraloría atribuye el déficit a una serie de factores, entre ellos el aumento de los costos de construcción, los retrasos en la adquisición de predios y las dificultades para asegurar el cofinanciamiento del Gobierno nacional. El informe también señala que el proyecto ha sufrido 14 modificaciones en su cronograma, lo que ha generado sobrecostos y retrasos.

El alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, ha reconocido el déficit de financiación, pero ha descartado la posibilidad de aumentar los impuestos o las tarifas de transporte público para cubrirlo. En cambio, ha pedido al Gobierno nacional que aumente su contribución al proyecto y ha explorado la posibilidad de buscar financiación privada.

Sin embargo, el Gobierno nacional ha dicho que no tiene recursos adicionales para aportar al Metro de Bogotá. El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ha dicho que el Gobierno ya ha aportado el 70% del costo del proyecto y que no está dispuesto a aumentar su contribución.

Ante la falta de financiación, el futuro del Metro de Bogotá es incierto. El alcalde Peñalosa ha dicho que el proyecto se completará, pero no ha dado un cronograma específico. Los contratistas del proyecto han advertido que podrían suspender las obras si no reciben los pagos correspondientes.

El Metro de Bogotá es un proyecto crucial para la movilidad de la ciudad. Se estima que transportará a 1,5 millones de pasajeros al día, reduciendo la congestión del tráfico y mejorando la calidad del aire. Sin embargo, el déficit de financiación y los retrasos en el cronograma ponen en peligro el futuro del proyecto.