Las finanzas de los hogares colombianos se deterioran

Los problemas financieros de millones de familias en Colombia se ven reflejados en estadísticas del sector financiero, como la creciente cartera de crédito vencida y la disminución del consumo con tarjetas de crédito.

Crédito de consumo

Las personas tienen pagos atrasados (más de 30 días) por un valor de 17 billones de pesos en créditos de consumo, de los cuales 3,5 billones corresponden a tarjetas de crédito. La cartera de crédito ha mostrado un deterioro desde principios de 2023, especialmente en el segmento de crédito de consumo y microcrédito.

Impacto del alto costo de vida

El alto costo del crédito, la menor capacidad de pago, el costo de vida y el desempleo están afectando a las familias colombianas, que están reduciendo su consumo y cortando el uso de tarjetas de crédito.

Disminución del uso de tarjetas de crédito

El número de tarjetas de crédito activas ha disminuido en 1,7 millones desde diciembre de 2022. En los primeros cuatro meses de 2024, 600.000 tarjetas salieron de circulación y 2,3 millones fueron bloqueadas debido a pagos atrasados.

Cambios en los hábitos de consumo

Los bancos emisores han notado una disminución en el consumo con tarjetas de crédito. Las compras en categorías como viajes, tecnología, bienestar y ocio se han reducido, mientras que el gasto en supermercados, vestuario y gastos del hogar se mantiene estable.

Perspectivas del mercado

El crecimiento del consumo con tarjetas de crédito se ha desacelerado, con un aumento del 8,3% anual nominal en 2024, frente al 31,3% en 2022. El gasto total con tarjetas de crédito ha superado los 39,2 billones de pesos en los primeros cuatro meses del año, un crecimiento similar al observado en 2023.

Los colombianos buscan alternativas

Ante el alto costo y las dificultades financieras, los consumidores buscan alternativas al crédito. Están adoptando estrategias de ahorro y optando por bienes básicos, lo que reduce el uso de tarjetas de crédito, que tienen altas tasas de interés.

La incertidumbre económica y los cambios en los hábitos de consumo están llevando a los consumidores a ser más cautelosos en el uso de productos financieros como las tarjetas de crédito.