Se firma un contrato por más de 1.232 millones de pesos con una fundación que no estaría preparada para atender a población con discapacidad

Desde abril se está ejecutando un contrato que va por cuatro meses por el monto de 1'232.000.000 de pesos otorgado a la fundación Pintando Huellas para que brinde acompañamiento, habilitación y rehabilitación a población con discapacidad.

La fundación seleccionada no cuenta con la experiencia necesaria

Sin embargo, según los documentos a los que tuvo acceso EL TIEMPO, la fundación escogida, al parecer, no tiene experiencia en el trabajo con población con discapacidad. Su experiencia previa se limita a trabajar con población adulta mayor y habitante de calle.

Además, un mes antes de firmar el contrato con la Alcaldía de Bucaramanga, la fundación adquirió una casa en arriendo por un año en el barrio Provenza. Este hecho podría indicar que la fundación no contaba con una sede propia antes de firmar el contrato.

Fuentes cercanas a la oficina de desarrollo también revelaron que un mes después de que el contrato ya estaba en operación, la fundación habría alquilado otra sede en San Francisco. Este tipo de detalles deberían haber sido resueltos antes de la ejecución del contrato.

Otra de las presuntas irregularidades es que la fundación Pintando Huellas solo tiene habilitado el servicio de psicología y no de salud completa con los cinco enfoques que requiere la población con discapacidad.

Preocupación por el impacto en los niños con discapacidad

La contratación de la fundación Pintando Huellas ha generado preocupación entre expertos y familias de niños con discapacidad. Este sector asegura que la fundación no cuenta con los profesionales necesarios para brindar una atención adecuada a esta población.

“Un niño con autismo necesita una atención personalizada y ahora la hacen grupal, eso no se puede así, eso es terrible”, dijo un experto en el tema.

Las familias de los niños con discapacidad también temen que el cambio de fundación afecte el proceso de aprendizaje de sus hijos. “Estos niños necesitan terapias constantes y el cambio con esta fundación que no cumpliría con los profesionales en cada arista podría afectarlos”, dijo una madre de familia.

La Alcaldía de Bucaramanga guarda silencio

EL TIEMPO intentó comunicarse en varias ocasiones con el secretario de desarrollo Iván Darío Torres, pero al momento del cierre no se pudo conocer su versión.

Desde hace aproximadamente 10 años, cinco fundaciones prestaban servicio a 250 niños con discapacidad. Cada organización tenía una experiencia específica para el proceso de aprendizaje individual de cada menor.

Con el nuevo contrato, las cinco aristas de atención se convierten en una sola. Esto preocupa a expertos y familias, quienes temen que la atención a los niños con discapacidad se vea afectada.